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Entre abril y mayo, la mayoría de los hogares pobres rurales limitarán la calidad y diversidad de su dieta, a causa de los precios de alimentos, transporte y otros productos básicos no alimenticios por arriba del promedio y cosechas propias por debajo del promedio el año pasado. Al entrar al pico de la temporada de escasez, con la continuación de altos precios de los granos básicos y una disminución en los ingresos por debajo del promedio, una proporción de estos hogares empezarán y emplear diferentes estrategias de afrontamiento negativas por lo que más hogares y, por consiguiente, más áreas irán experimentando resultados de Crisis (Fase 3, CIF) hasta septiembre.
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Los hogares más pobres en áreas focalizadas del Corredor Seco, Altiplano Occidental y Alta Verapaz comenzaron a depender del mercado para su alimentación antes de lo normal debido a la baja o ausencia de producción de granos básicos. Los ingresos percibidos durante la temporada de alta demanda de obra agrícola fueron rápidamente usados para el pago de deudas y adquisición de alimentos básicos. Con el inicio prematuro de la época de escasez, además de las escasas oportunidades de empleo esporádico provocado por las menores contrataciones de mano de obra externa, y altos precios de alimentos, los hogares están recurriendo a estrategias de afrontamiento que ponen en riesgo sus medios de vida. Por lo tanto, estos hogares se clasificarán en Crisis (Fase 3, CIF) durante todo el periodo de análisis.
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La salida de las recientes cosechas de granos básicos sólo logró estabilizar los precios por dos meses, pero no se tradujo en la típica baja estacional. Los precios del maíz y del frijol continúan muy por arriba del promedio de los cinco años y los registrados el año pasado. En los siguientes meses se espera que continúen al alza de acuerdo a la estacionalidad. Como resultado, el poder adquisitivo de los hogares continuará por debajo de lo normal, limitando el acceso a la canasta básica.
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Los agricultores esperan el inicio de la temporada de lluvias para realizar sus siembras. Sin embargo, la continuidad de los altos precios de los fertilizantes aunado al pronóstico de precipitaciones por debajo del promedio y temperaturas por arriba del promedio afectarán el establecimiento y desarrollo de los cultivos. Además, los altos costos de producción y afectaciones climáticas limitarán aún más la demanda de mano de obra esporádica para realizar las siembras y los ingresos.
Durante abril, se llevan a cabo diferentes actividades que marcan el inicio de la temporada de cultivo de granos básicos. En el occidente, los agricultores inician la siembra del único ciclo de producción que incluye maíz y frijol. Por otro lado, en las áreas de oriente – donde existen dos ciclos de cultivo – los agricultores están preparando las tierras para sembrar en mayo para el ciclo de Primera, que es el más importante para el cultivo de maíz, pero también se aprovecha para cultivar frijol en asocio. Los agricultores de subsistencia en ambas zonas utilizan, por lo general, semillas locales o "criollas" que seleccionaron y reservaron de su cosecha anterior. Aun obteniendo rendimientos por debajo de lo normal, estos agricultores guardaron sus semillas para utilizar en este ciclo productivo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), se espera que las lluvias inicien en la segunda quincena de abril en la Costa Sur. En el centro, oriente y en la Franja Transversal del Norte, se esperan las lluvias hacia inicios de mayo. En el norte Caribe, las lluvias deben empezar a finales de mayo e inicios de junio. Sin embargo, el inicio y el desarrollo de las mismas tendrían una distribución errática en tiempo y espacio.
Si bien la intención de siembra es similar al año pasado, los agricultores enfrentan por segundo año consecutivo los altos precios de los fertilizantes que los obligará a disminuir su uso y, con ello, obtener rendimientos menores. Desde finales del 2022, los precios internacionales de los fertilizantes nitrogenados han mostrado una tendencia importante a la baja, pero este comportamiento no se ha traslado aún en los precios nacionales, debido principalmente a la existencia de inventarios adquiridos durante 2022 a precios altos. Por ejemplo, el precio promedio de la urea es de 407 GTQ/quintal (equivalente a 100 libras), lo que representa un poco más del doble del promedio de los cinco años. Para el ciclo agrícola que recién inicia, los agricultores deberán adquirir estos insumos a precios elevados, similares a los del 2022.
Aún con estos elevados costos, los pequeños agricultores manifiestan su interés en sembrar maíz ya que podría aliviar por uno o dos meses la dependencia en la compra de este producto que también se mantiene a precios muy por arriba de lo normal. En marzo, el precio promedio del quintal de maíz fue 23 por ciento mayor que el año pasado y 62 por ciento más alto que el promedio de los cinco años; el mismo comportamiento muestra el frijol que registró un aumento de 17 por ciento y 46 por ciento comparado con el 2022 y el promedio de los cinco años, respectivamente. Durante marzo, la inflación disminuyó el ritmo de crecimiento, situándose en 8.71 por ciento – una baja importante comparado a febrero, pero todavía por arriba del promedio. Sin embargo, no registró una disminución en la división de alimentos y bebidas no alcohólicas, al igual que en meses pasados. Por ejemplo, la carne de res y cerdo, así como el queso y el café muestran los porcentajes más altos de aumento. Adicionalmente, es fuera de la ciudad capital donde la inflación es mayor. La Región II que incluye los departamentos de Alta y Baja Verapaz presenta la inflación más alta a nivel nacional con 13.88 por ciento, es decir más de 5 puntos porcentuales mayor que la nacional; seguida de la Región VII (Huehuetenango y Quiché) con 11.81 por ciento. En cuanto los precios de la gasolina y el diésel disminuyeron en 12 y 14 por ciento, respectivamente, comparado al año pasado, aunque se mantienen por arriba del promedio de los cinco años. A pesar de un menor precio del diésel, esa disminución no se ha reflejado en el precio de los alimentos en general ya que el costo del transporte de mercancías también sigue alto. Asimismo, es importante hacer mención que los precios del transporte de personas continúan a los niveles registrados durante la pandemia cuando escaseó el servicio público y subieron los precios de los combustibles. Por lo tanto, los precios de transporte continúan limitando los viajes a mercados para los hogares pobres y muy pobres.
Con la finalización de las cosechas de cultivos comerciales ha concluido la temporada de alta demanda de mano de obra. En los siguientes meses la oferta de trabajo temporal agrícola disminuye estacionalmente, dejando limitadas opciones de trabajo para los hogares rurales más pobres. La fuente principal de empleo durante este período son las actividades propias del cultivo de granos básicos tales como la limpia de terrenos y las siembras. A nivel local los hogares rurales pobres suelen encontrar algunos días esporádicos de trabajo durante esta temporada; el jornal para estas actividades oscila entre los 35 – 60 GTQ/día. Sin embargo, debido a la alta inversión en fertilizantes y los pronósticos de lluvia no favorables, los agricultores se han visto forzados a disminuir los costos de producción y a reducir el empleo de mano de obra.
Desde enero a marzo de este año se ha observado un aumento en los casos de desnutrición aguda total en menores de cinco años, en comparación con lo reportado durante el mismo período en 2022. Hasta la semana epidemiológica 13 (del 26 de marzo al 1 de abril), el Ministerio de Salud registró un incremento interanual de 1,776 casos acumulados, que representan un 37.5 por ciento adicional en los mismos (6,507 vs 4,731 casos), y una variación del 9.5 por ciento de la tasa nacional, respecto al año pasado. El aumento del 39 por ciento de casos de desnutrición severa total, incluyendo las formas más graves (Kwashiorkor y Marasmo), es un indicador del deterioro nutricional en la población infantil, por encima del alza estacional esperada durante el inicio de la temporada de escasez de alimentos.

Source: FEWS NET
Los supuestos utilizados por FEWS NET para desarrollar el escenario más probable para la Guatemala Perspectiva de seguridad alimentaria para febrero a septiembre 2023 han sido modificados de la siguiente forma:
- Se espera que la canícula se extienda y que sea más intensa que lo normal debido al efecto del fenómeno de El Niño (Figura 1).
Figure 1

Source: USGS/FEWS NET
Para abril, la mayoría de los hogares rurales pobres aún cuentan con reservas de maíz provenientes de sus propias cosechas para su alimentación e ingresos percibidos durante la temporada de alta demanda de mano de obra agrícola para la compra de alimentos. Sin embargo, debido al pago de deudas contraídas el año pasado para adquirir alimentos e insumos agrícolas, así como al alza en el precio de alimentos y transporte, los hogares deberán intensificar el uso de estrategias de afrontamiento como la migración en tiempos no usuales o a lugares más lejos en búsqueda de trabajo diario, la reducción de gastos de salud o la venta de animales de patio para cubrir otros gastos no alimentarios esenciales, por lo que la mayoría de los hogares pobres se clasificarán en inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) hasta mayo. El recorte de costos de producción y la potencial reducción de las precipitaciones provocará una menor contratación de jornaleros agrícolas para el mantenimiento de los cultivos de granos básicos a nivel local, donde por lo general suelen encontrar algunos días de trabajo cuyos ingresos les permite ir adquiriendo alimentos diarios. Estos pocos ingresos se verán disminuidos, lo que afectará su capacidad cubrir su dieta básica. La continuidad de los altos precios de los alimentos limitará aún más la alimentación, por lo que muchos hogares de diferentes áreas rurales deberán realizar ajustes en la cantidad y calidad de la dieta, y recurrir a estrategias de afrontamiento más severas que los clasificará en Crisis (Fase 3, CIF) hasta septiembre.
En áreas focalizadas del Corredor Seco, Altiplano Occidental y Alta Verapaz, los hogares más pobres que iniciaron este año con deudas atípicas y sin reservas de granos básicos para su consumo entraron de forma prematura al período de escasez y en abril han intensificado a depender de la compra en el mercado para garantizar su alimentación básica. Los consecutivos shocks de años pasados han obligado a estos hogares a contraer deudas de forma continua. Por esta razón, han dedicado buena parte de los ingresos obtenidos durante la época de alta demanda de mano de obra para pagarlas, lo que ha limitado su capacidad de ahorrar para la época de escasez y comprar alimentos por tiempos prolongados. Además, se enfrentan a un escenario de precios de granos básicos, insumos agrícolas y transporte en general muy por arriba de lo normal, lo cual restringe su poder adquisitivo. En estas áreas, los hogares iniciaron a hacer ajustes en la cantidad de alimentos incluidos a su dieta y a recurrir a estrategias de afrontamiento negativas desde febrero o marzo, incluyendo la venta de activos productivos. Debido a los altos precios de los alimentos y del transporte y las escasas oportunidades de empleo típicas de la época – afectadas aún más por una anticipada disminución de lluvias y una canícula prolongada – los hogares deberán intensificar el uso de estrategias de afrontamiento no sostenibles por lo que se experimentarán resultados de Crisis (Fase 3, CIF) desde abril hasta septiembre.
Cita recomendada: FEWS NET. Guatemala Actualización de la perspectiva de seguridad alimentaria, abril 2023: Altos precios de alimentos y lluvias deficitarias marcarán la época de escasez, 2023.
This monthly report covers current conditions as well as changes to the projected outlook for food insecurity in this country. It updates FEWS NET’s quarterly Food Security Outlook. Learn more about our work here.