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- La inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) persistirá como la clasificación más alta a nivel de área en Venezuela1 hasta septiembre. Sin embargo, millones de hogares se encuentran en inseguridad alimentaria de Crisis (Fase 3, CIF) debido a una serie de factores. El fenómeno de El Niño afecta al clima y, al igual, varios factores económicos relacionados con la producción agropecuaria, mientras que la oferta laboral reducida y los altos costos de los alimentos limitan el poder adquisitivo de los hogares más pobres. Esta situación reduce el acceso a alimentos y obliga a las familias a recurrir a estrategias de respuesta no sostenibles para cubrir sus necesidades básicas.
- Los pequeños agricultores y la población indígena en áreas afectadas por el Niño estarán en inseguridad alimentaria de Crisis (Fase 3, CIF). Los déficits de precipitaciones registrados, especialmente en Zulia, Falcón, Anzoátegui, Guárico, Apure, Amazonas y Delta Amacuro, causaran daños al desarrollo de cultivos en la producción agropecuaria. Esto reduciría la cantidad de alimentos disponibles para los agricultores de subsistencia, obligándolos a recurrir a estrategias de afrontamiento para poder cubrir sus necesidades alimentarias. Se espera que la situación mejore a partir de junio, cuando la normalización de las precipitaciones favorezca la producción, la disponibilidad y el acceso de alimentos. Un segmento considerable de estas poblaciones pasará de Crisis (Fase 3, CIF) a Acentuada (Fase 2, CIF) entre junio y septiembre.
- Los hogares más pobres en zonas periurbanas del Distrito Capital, Guárico, Barinas, Apure y Zulia se encuentran en Crisis (Fase 3, CIF) durante todo el período de análisis. La crisis económica ha reducido el empleo, aumentando la inflación y disminuyendo el poder adquisitivo de la población. Los ingresos de los hogares no alcanzan para comprar una dieta básica, lo que afecta particularmente a quienes dependen de ingresos en moneda local (VED). Estos hogares, además, no tienen ingresos estables ni son beneficiarios regulares de los diferentes programas de protección social. Se espera que la situación económica empeore entre mayo y septiembre, lo que aumentará la población en Crisis (Fase 3, CIF). La no renovación de la Licencia General 44 (LG 44) impactará negativamente en la disponibilidad de alimentos importados, especialmente cereales y medicinas para la población. Si bien la Licencia 42 ha contribuido a estabilizar el tipo de cambio y la inflación desde octubre pasado, su sostenibilidad es incierta a largo plazo. Adicionalmente el contexto electoral podría generar un aumento de los programas de protección social, aunque su impacto dependerá de la coyuntura política y económica del país.
Figura 1
* Dadas las diversas características demográficas y geográficas de estos hogares, estas poblaciones viven en la mayoría de las zonas de todo el país. Sin embargo, no hay suficientes hogares que experimenten estas condiciones para clasificar un estado o el Distrito Capital al nivel de Crisis (Fase 3, CIF).
Fuente: FEWS NET
Área | Anomalías actuales | Anomalías proyectadas |
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Nacional |
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Suministro de alimentos nacionales e importados: A lo largo de la costa en los estados de Falcón, Carabobo, Aragua, Portuguesa, Barinas, Mérida y Táchira, se observan áreas susceptibles a erosión y con posible estrés hídrico de los cultivos (Figura 2). El resto del país se encuentra en condición de vegetación moderada saludable. Se pronostica una merma en la producción de maíz, sorgo y arroz entre marzo y mayo por el fenómeno de El Niño, que afectará a los niveles de producción y rendimientos de cultivos, especialmente para los agricultores de subsistencia que verán una reducción en la disponibilidad de alimentos e ingresos en este periodo.
Figura 2
A partir de abril, se espera un aumento gradual de las precipitaciones con valores normales o superiores a lo normal en la mayor parte del país (Figura 3), por lo que se espera una buena cosecha entre agosto y noviembre, especialmente para la cosecha principal de maíz y la secundaria de arroz. Para los vegetales en general, las condiciones climáticas previstas resultarán favorables para la producción agrícola en las regiones Central (cereales), Oriental (hortalizas y frutas) y Andina (papa).
Figura 3
De acuerdo a USDA, Venezuela mostró un aumento en su producción de maíz (37 por ciento, llegando a 1.3 millones de toneladas (MMT) y de arroz (13 por ciento más de superficie sembrada) para el ciclo de 2023/2024, debido a un mejor acceso a insumos y semillas agrícolas de mayor calidad, y a condiciones climáticas favorables. Además, el abasto de alimentos se favorece porque los Estados Unidos sigue figurando como el principal exportador de maíz y el tercero de trigo; su precio competitivo también podría favorecer las exportaciones de arroz. En cuanto al trigo, las importaciones venezolanas se estiman en 1.35 MMT. La harina de trigo producida localmente representa el 60 por ciento de la disponibilidad nacional y Turquía se mantiene como el principal proveedor de productos terminados de trigo. No obstante, la falta de financiamiento productivo sigue siendo una limitante para una inversión significativa en el sector agrícola.
Los mercados se mantendrán abastecidos gracias al posible aumento de la producción local y de las importaciones. Existen expectativas de mejora en la producción de cereales a partir de abril, pero insuficientes para no depender de importaciones. Por tanto, la disponibilidad alimentaria es creciente; sin embargo, el acceso y el consumo de maíz, arroz y trigo seguirá limitado por el escaso poder adquisitivo. La esperada no renovación de la LG 44 complicará aún más el consumo de alimentos.
Contexto macroeconómico: El tipo de cambio se mantuvo estable en el primer mes del año gracias a una oferta constante de dólares y a la oportuna intervención del BCV. Si bien Venezuela sigue figurando como uno de los países con mayores niveles de inflación en el mundo, las tasas de inflación anual y mensual se ha moderado desde finales de 2023 hasta la fecha. Se estima que la inflación continue por debajo del 150 por ciento hasta a fines de abril. A pesar de la moderación en la tasa de inflación y una mayor estabilidad cambiaria, el poder adquisitivo de los hogares continúa restringido.
El levantamiento temporal de las sanciones internacionales para la industria petrolera venezolana por seis meses (a partir de octubre de 2023) favoreció la recuperación económica y generó una expectativa de crecimiento del PIB de entre 9 y 10 por ciento en 2024. Sin embargo, a partir de mayo y hasta septiembre, es probable que el desempeño de la economía se enfrente a un panorama más complejo con la finalización de la LG 44. En principio, se recibirían ingresos petroleros menores a lo proyectado, ya que se estima que Petróleos de Venezuela, S.A (PDVSA) dejaría de percibir 2.8 billones USD en 2024 y esta pérdida de ingresos se acentuaría en los años subsecuentes. La bajada de expectativas implicaría a una reducción del crecimiento proyectado del PIB a 3.8 por ciento. Asimismo, la inflación anual podría alcanzar 162 por ciento y el tipo de cambio presentaría mayor volatilidad con un deterioro proyectado de 78 por ciento en 2024, según Síntesis Financiera. En este escenario sería difícil mantener las políticas de fomento económico mientras complicaría el financiamiento de los programas de protección social en su versión actual por la disminución de ingresos petroleros.
Precios de los alimentos: En enero, hubo cierto alivio de las presiones inflacionarias, pero la población sigue teniendo un poder adquisitivo limitado y una gran dependencia de los apoyos de los programas de protección social. Los precios de los alimentos esenciales siguen subiendo, especialmente los del arroz, pero los incrementos son menos pronunciados en el caso de la harina de maíz y la pasta. El aumento de la producción agrícola puede contener el alza de precios de productos como los cereales y los aceites. Sin embargo, se mantienen los precios elevados en los productos de origen animal, dada la dependencia de insumos importados como maíz y harina de soya.
Entre febrero y mayo, se espera que los precios de alimentos básicos en VED como la harina de maíz, la pasta y el arroz aumenten con respecto al mismo período de 2023 por los efectos del fenómeno de El Niño. No obstante, las facilidades para las importaciones de alimentos con las divisas petroleras y los resultados en los aumentos de las áreas productivas de cereales mitigan esta tendencia alcista.
Entre junio y septiembre los precios seguirán altos, pero menos elevados que en el primer período debido a un aumento proyectado en áreas de cultivo de arroz (13 por ciento en 2024) y en la producción nacional de maíz, que se calcula superior al promedio, lo que mejorará la producción comercial interna. Sin embargo, al finalizar la vigencia de la LG 44, la importación de insumos, como semillas y agroquímicos y cereales cotizados en USD, será restringida, lo que afectará a su vez los precios de los piensos y otros alimentos para consumo humano. En este contexto, el nivel limitado poder adquisitivo propiciará que el acceso de los alimentos seguirá siendo difícil durante todo el periodo de la perspectiva y empeorará a partir de junio, especialmente para los hogares pobres.
Por lo anterior, los precios internacionales de los alimentos en USD pueden presentar mayor estabilidad o ligeras bajas en el segundo semestre del año, mientras los precios en VED se incrementarán con mayor intensidad dado el riesgo de una mayor volatilidad del VED respecto al USD debido a la incertidumbre política y la posible reducción de ingresos petroleros. Los efectos de estas tendencias, en especial para la compra de alimentos, también afectarían a la mayoría de los hogares venezolanos, que reciben salarios o ayudas sociales en VED.
Fuentes de ingresos y programas de protección social: El salario mínimo se han mantenido sin cambios, lo que limita el poder adquisitivo de la población. El salario mínimo en VED, equivale a menos de 4 USD al cambio oficial, no es suficiente para cubrir las necesidades básicas alimenticias de un hogar, pese a los complementos que se entregan como el Carnet de la Patria. Cabe anotar que los sueldos en el sector privado venezolano aumentaron un 45 por ciento en el tercer trimestre de 2023, llegando a un promedio de 185 USD mensuales para los trabajadores básicos. Esto significa que, debido a la inflación, el poder adquisitivo de la población no necesariamente se ha recuperado al mismo ritmo que los salarios nominales. No obstante, en algunos sectores como el privado y el informal, la población percibe la mayor parte de sus ingresos en USD lo que alivia estos déficits. Las remesas continuarán siendo una fuente vital de ingresos, no en la misma medida, pues su continuidad dependerá de factores como el crecimiento económico en los países emisores y las regulaciones sobre el envío de dinero a Venezuela.
Para mitigar el impacto de los precios altos en el poder adquisitivo de la población, el gobierno brinda programas como el CLAP, Cesta Ticket y las transferencias monetarias mediante el Carnet de la Patria. Además existe el bono de Corresponsabilidad y Formación que se siguió pagando a 100 USD para los trabajadores del sector público en enero y febrero de 2024, y que ha logrado mejorar el acceso a los alimentos para algunos sectores de la población, pero sin logar aún cubrir las brechas alimentarias de todos los venezolanos. Sin embargo, la sostenibilidad a largo plazo de estos programas es incierta, ya que dependen en gran medida de la disponibilidad de recursos del Estado. Se espera que el gobierno continúe implementando los beneficios del sistema de la Patria para dar estabilidad a la crisis económica y ganar la aprobación de la población durante la época preelectoral (hasta septiembre).
Resultados de seguridad alimentaria proyectados: La disponibilidad de alimentos está asegurada para todo el periodo de análisis, por la combinación de importaciones y la producción nacional. No obstante, a partir de mayo de 2024, la no renovación de la LG 44 podría tener un impacto adicional en la disponibilidad de alimentos, ya que actualmente permite la importación de productos agrícolas con aranceles reducidos, lo que ha contribuido a mantener precios más accesibles para los consumidores. Las limitaciones que enfrentarán los hogares más pobres siguen siendo de acceso a alimentos por los altos precios tanto en moneda local como en USD, a pesar de la desaceleración en la tasa de inflación. Sin la LG 44, es posible que los precios de algunos productos agrícolas aumenten, lo que agudizaría la inseguridad alimentaria para los hogares con menores recursos – especialmente los que ganan en VED y los que tienen menos acceso a programas de protección social o a remesas.
Los pequeños agricultores que incluyen agricultores de subsistencia en la población indígena, en áreas afectadas por el fenómeno de El Niño se encuentran en Crisis (Fase 3, CIF), sin llegar a esta clasificación a nivel del área. La principal causa de esta situación son los déficits de precipitaciones en los estados de Zulia, Falcón, Anzoátegui, Guárico, Apure, Amazonas y Delta Amacuro. Estos déficits han causado daños al desarrollo de cultivos y a la producción agropecuaria en general, que puede resultar en una reducción de la cantidad de alimentos disponibles, pues estos agricultores dependen de sus cosechas para alimentar a sus familias. Estos hogares implementarán estrategias de afrontamiento de consumo como la reducción del tamaño de las porciones, y de medios de vida como vender activos o endeudarse. Se espera que para estos hogares la situación mejore a partir de junio, cuando se normalicen las precipitaciones y favorezcan la producción, la disponibilidad y el acceso a los alimentos. Durante este período, las poblaciones afectadas pasarán de una situación de Crisis (Fase 3, CIF) a una de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF), pues el pronóstico climatológico indica mejoramiento en las condiciones. Esto favorecerá la producción agrícola local de cereales, leguminosas, frutas y hortalizas para la siguiente temporada que se cosechará entre agosto y noviembre. Esto mejoraría su nivel de ingresos, su poder adquisitivo y acceso a alimentos, así como permitirá también la diversificación de su dieta.
La población más pobre de las zonas periurbanas del Distrito Capital, Guárico, Barinas, Apure y Zulia, se encuentran en situación de inseguridad alimentaria Crisis (Fase 3, CIF). Sus ingresos inestables en VED, el limitado acceso a la protección social, la falta de oportunidades laborales, la precariedad del trabajo informal y los altos precios de alimentos han deteriorado su poder adquisitivo y los han obligado a adoptar estrategias de afrontamiento para cubrir sus necesidades básicas. Para estos hogares, se anticipa un agravamiento de la situación entre mayo y septiembre, con un aumento de la población en Crisis (Fase 3, CIF) debido a los efectos de la no renovación de la LG 44 en la disponibilidad de alimentos importados, especialmente cereales y medicinas, ya que esta población no cuenta con una producción propia y dependen totalmente del mercado para su alimentación. Aunque el contexto electoral podría generar un aumento en los programas de protección social, su impacto dependerá de la coyuntura política y económica del país. También la cobertura y los montos de los programas de protección social dependerán de la incertidumbre sobre los ingresos del gobierno por las sanciones internacionales y el comportamiento de la producción petrolera.
Área | Evento | Impacto en los resultados de seguridad alimentaria |
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Nacional | Negociación de una prórroga de la LG 44 entre los Estados Unidos y Venezuela | Se podría registrar mejoras en los ingresos del gobierno de Venezuela para la expansión de los programas sociales, apoyando el consumo de alimentos de los hogares de menores ingresos y disminuyendo la población en Crisis (Fase 3, CIF). Esto permitirá mantener las condiciones actuales tanto en el acceso a productos básicos como a servicios básicos (salud), y evitará el deterioro económico proyectado en este análisis. Aseguraría la disponibilidad de productos esenciales como trigo, maíz, arroz y leche, además de una estabilidad económica por la estabilización del mercado y de los precios, con menor tasa de inflación en el sector alimentario. Además, fortalecería la estabilidad macroeconómica, impulsando un crecimiento sostenido, generando impactos positivos como un aumento del crecimiento del PIB de 7.4 por ciento en lugar de 3.8 por ciento, un aumento del consumo privado a 6.2 por ciento en lugar de 4.5 por ciento, una reducción de la inflación a 90 por ciento en lugar de 162 por ciento y una estabilización del tipo de cambio alcanzando un nivel de 56 VED por USD en lugar de 78. |
Cita recomendada: FEWS NET. Venezuela Informe de monitoreo remoto Febrero 2024: Pese a mejoras macroeconómicas en 2024 se mantendrán condiciones de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF), 2024.
En Venezuela, la unidad de análisis a nivel de área de FEWS NET consiste en los 23 estados del país y el Distrito Capital.
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