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Durante todo el periodo que cubre esta perspectiva, los hogares pobres rurales en áreas focalizadas del Corredor Seco Oriental, el Altiplano Occidental y Alta Verapaz se clasificarán en Crisis (Fase 3, CIF). Estos hogares ya arrastraban deudas y su dieta ha sido extremadamente precaria. En los siguientes meses, a pesar de un aumento temporal de los ingresos, el rápido uso de éstos, las pocas o nulas cosechas de granos básicos y la extendida compra de alimentos en el mercado a precios muy por arriba del promedio limitarán la mejora estacional en su seguridad alimentaria. Deberán seguir recortando la cantidad de alimentos consumidos y a emplear estrategias de afrontamiento negativas como la migración atípica y la venta de activos productivos, que ponen en peligro sus medios de vida a largo plazo. Para estos hogares la temporada de escasez iniciará de forma prematura dada la dificultad para generar ingresos y la dependencia en la compra de productos en el mercado.
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Debido a los daños causados por la tormenta Julia en octubre, diversas áreas del norte del país se clasifican en Crisis (Fase 3, CIF). No obstante, la mejora estacional de los ingresos permitirá que los hogares se reclasifiquen en Estrés (Fase 2, CIF) empezando en noviembre y hasta enero 2023. Si bien en las demás áreas rurales, las cosechas de Primera fueron en general promedio y mejoraron las reservas de los hogares y los ingresos permitieron mejor acceso a los alimentos, los altos precios de los alimentos y transporte reducen el poder adquisitivo de los hogares por lo que se mantendrán en Estrés (Fase 2, CIF) hasta enero. A partir de febrero, conforme las fuentes de empleo temporal disminuyan, la proporción de los hogares que deberán intensificar el uso de estrategias de afrontamiento negativas para satisfacer sus necesidades alimenticias aumentarán. A pesar de esta tendencia, la mayoría de las áreas rurales lograrán mantenerse en Estrés (Fase 2, CIF), pero algunas tendrán más hogares recayendo en Crisis (Fase 3, CIF) por lo que cambiaría su clasificación.
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A inicios de octubre, la tormenta Julia causó fuertes lluvias, inundaciones y derrumbes que afectaron particularmente diferentes áreas dentro de la Franja Transversal del Norte y zona del Polochic. Los agricultores de subsistencia en estas zonas fueron los más afectados, pues los cultivos de maíz ya se encontraban secando en los terrenos (en dobla) o ya estaban cosechados en proceso de secado en sus casas donde no cuentan con espacios apropiados para el manejo postcosecha. La pérdida de los cultivos causará que los hogares no cuenten que reservas de granos para su consumo en los siguientes meses, por lo que deberán comprar a precios muy por arriba del promedio.
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La estabilidad en las exportaciones de cultivos comerciales y los mejores precios de venta permitirán que la demanda de mano de obra temporal para la cosecha esté en rangos normales. Sin embargo, el poder adquisitivo de los hogares se verá presionado por los altos precios de los alimentos, del transporte y la gasolina, particularmente el diésel que ya no cuenta con subsidio.
Situación actual
La cosecha de maíz del ciclo de Primera inició entre finales de septiembre e inicios de octubre, excepto en el Altiplano Occidental, donde las cosechas son anuales y se esperan a finales de diciembre. El ciclo de Primera suele destinarse al cultivo del maíz y durante esta temporada se produce cerca del 60 por ciento de la producción nacional. También se cultiva frijol en asocio, pero se producen los mayores volúmenes de este cultivo durante el ciclo de Postrera, que inicia entre septiembre y octubre. Este año, los altos precios de los fertilizantes han provocado su menor uso y una reducción en las áreas de siembra, sobre todo entre los agricultores de subsistencia que cultivan para su propio consumo. Entrevistas con agricultores e informantes clave de diferentes zonas reportan menores rendimientos debido al bajo uso o no uso de los fertilizantes. Adicionalmente, la distribución errática de las lluvias provocó períodos de fuertes lluvias y vientos que causaron inundaciones, derrumbes de tierra y daños focalizados en áreas de cultivos de granos básicos, particularmente en el norte del país.
En la mayor parte del país, los cultivos de granos básicos se desarrollaron adecuadamente y las lluvias favorecieron el crecimiento de las plantas; desde finales de septiembre ya el grano fresco comenzó a fluir en los mercados. A nivel nacional, las cosechas se han reportado en rangos cercanos al promedio, especialmente para agricultores excedentarios y comerciales.
El paso de la tormenta Julia a inicios de octubre afectó particularmente la región de la Franja Transversal del Norte y la zona del Polochic (Figura 1). En estas zonas, los suelos se encontraban ya saturados por lo que las lluvias causaron rápidamente daños y pérdidas de cultivos de granos básicos. Fueron los agricultores de subsistencia en estas zonas que sufrieron mayormente, pues los cultivos de maíz ya se encontraban secando en los terrenos (en dobla) o ya cosechados en proceso de secado en sus casas donde no cuentan con espacios apropiados para el manejo postcosecha. Se reportaron también daños y pérdidas en terrenos recién sembrados de frijol del ciclo de Postrera; así como el deterioro de carreteras, caminos y puentes que afectó por varios días el tránsito de personas y mercancías y dejó incomunicados a algunos lugares. El 11 de octubre del 2022, el gobierno decretó el Estado de Calamidad para responder a las afectaciones causadas por la tormenta tropical Julia, pero hasta finales de octubre sus acciones aún no se ejecutan.
La entrada al mercado de las recientes cosechas de maíz y frijol, que usualmente conduce la baja estacional de los precios, ha sido poco perceptible este año ya que los precios se han mantenido muy por arriba del promedio. La reducción de precios entre agosto y septiembre del 2021 fue del 11 por ciento, mientras que entre agosto y septiembre de este año solo se reporta una disminución del 1 por ciento. En septiembre los precios al mayorista del maíz y frijol se situaron 62 y 41 por ciento por arriba del promedio de los cinco años, respectivamente. Otras causas, además de la influencia de factores internacionales en el precio, impulsaron precios superiores a lo normal, como el alto precio del combustible, particularmente el diésel, y el mal estado de las carreteras. Después de la tormenta Julia, los daños causados por las fuertes lluvias han provocado el incremento al costo de transporte de carga. Las pérdidas focalizadas de granos básicos por lluvias y la especulación también han contribuido a dicha situación.
El alza en los precios, como muestra el Índice de Precio al Consumidor, ha mostrado un creciente ritmo inflacionario desde junio de 2022. En septiembre 2022, el ritmo inflacionario fue 9.0 por ciento, 2.0 por ciento por arriba del reportado el año pasado. Las tasas de inflación regionales también fueron superiores a la nacional, y, en el nivel nacional, las divisiones de gasto en alimentos y transporte mostraron el mayor crecimiento (Cuadro 1). Las principales inflaciones por gasto básico, directamente relacionadas con la seguridad alimentaria, fueron el maíz y el diésel con 32.6 y 29.4 porcentaje, respectivamente. En cuanto a los precios de la canasta básica de alimentos, varios alimentos presentaron un alza mayor al 20 por ciento en el promedio de precio comparado con septiembre 2021. En el caso de los combustibles, en septiembre, el diésel todavía contaba con un subsidio (5 GTQ/galón), sin embargo, el precio se mantuvo muy por arriba del promedio de los cinco años (55 por ciento), al igual que la gasolina (37 por ciento). El precio de los fertilizantes y concentrados también ha incidido en los precios de los productos agrícolas. El precio de los fertilizantes se ha estabilizado desde julio del 2022, pero sigue presentando importantes incrementos, del 80-100 por ciento, al compararlos con el promedio de tres años, siendo estos costos que se trasladan al consumidor final.
Cuadro 1. Aumentos porcentuales interanuales del IPC y canasta básica, septiembre 2022
Categoría | Porcentaje |
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Inflación acumulada nacional | 9.0 |
Ritmo inflacionario por región | |
Nacional | 7.9 |
Región II (Cobán and San Pedro Carcha) | 12.7 |
Región III (Puerto Barrios, Santo Tomás de Castilla and Chiquimula) | 10.3 |
Región VII (Huehuetenango, Chiantla and Quiché) | 10.6 |
Ritmo inflacionario por gasto básico | |
División de gasto de transporte | 9.8 |
División de gasto de alimentos | 13.1 |
Precio de productos de la canasta básica* | |
Cebolla blanca | 40 |
Tortillas | 32 |
Aceite comestible | 28 |
Aguacate | 26 |
Frijol, pan dulce y papas | 24 |
Pan tipo francés | 22 |
Huevos | 21 |
*Los alimentos que presentan un alza mayor al 20 por ciento en el promedio de precio comparado con septiembre 2021 | Fuente: INE |
En octubre inicia la temporada de alta demanda de mano de obra para la cosecha de cultivos comerciales. El mayor número de trabajadores temporales se contratan para el corte de café, cardamomo y azúcar; mientras que otros como el banano, palma africana, frutas y hortalizas contratan con más permanencia en el año. El valor exportado de estos productos continúa positivo, lo cual es favorable para la presente temporada productiva pues genera demanda de mano de obra e ingresos a los productores. Al comparar los datos con el mismo periodo 2021, de enero a agosto 2022, el valor exportado del café presenta un incremento del valor exportado de 30 por ciento, el banano de 12 por ciento y el azúcar de 44 por ciento. Mientras que el valor de las exportaciones de legumbres y hortalizas se mantienen estables con respecto al 2021 (pero mayores que los años 2019 y 2020), el valor exportado del cardamomo disminuyó 11 por ciento.
De acuerdo con ANACAFE, en el año productivo 2021/22 se exportaron 4.3 millones de quintales oro, aproximadamente 9 por ciento por debajo del año 2020/21; pero, debido a los precios internacionales favorables, el valor exportado en 2021/22 superó en 20 por ciento lo del ciclo anterior. El 70 por ciento de mano de obra se emplea de octubre a febrero durante la cosecha. El valor del jornal para el corte de café se mantiene constante entre 25-40 GTQ/quintal (100 libras) de grano en cereza. La mayor proporción de fuentes de empleo se encuentran fuera de las zonas de residencia de los cortadores, por lo que la migración hacia otros municipios, departamentos y hacia Honduras y México es importante.
Uno de los factores de preocupación para esta temporada de cosecha de café es la reducción de mano de obra, fenómeno que afecta desde hace algunos años y que se ha vuelto más severo en el último año. De acuerdo con USDA, la menor disponibilidad de jornaleros para el trabajo en cafetales es consecuencia de la migración y las remesas, e indica que esto es especialmente notorio en las áreas cercanas a la frontera mexicana. Informantes claves consultados en campo confirman esta situación explicando que los trabajadores temporales prefieren migrar a México o a Honduras donde les brindan mejores condiciones de trabajo. También indican que existen más personas migrando a los Estados Unidos, sobre todo jóvenes y adultos jóvenes en edad productiva que buscan empleo y una mejor situación económica. Se puede confirmar esta tendencia también con el aumento del 116.7 por ciento de personas retornadas de enero a agosto 2022 en relación con el mismo período de 2021. Asimismo, el Banco de Guatemala reporta un continuo crecimiento de las remesas familiares, a septiembre de este año se han recibido 21 por ciento más divisas que el mismo período del 2021, 65 por ciento más que el 2020 y 72 por ciento más que el 2019. Según CABI, el monto promedio de envió en los departamentos de mayor recepción de remesas han permanecido estables. Esto permite suponer que este crecimiento del total se debe a que ha aumentado la cantidad de personas enviando remesas. La mediana de envío está en 250 USD y el promedio es de 463 USD (aproximadamente 25 por ciento por arriba del salario mínimo agrícola). En el área rural, estas remesas son por lo general recibidas por hogares de ingresos medios quienes los invierten gastos familiares. Los tres departamentos que más reciben remesas son Guatemala, Huehuetenango y San Marcos. Casi el 80 por ciento de las remesas se destina al gasto familiar.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud, al 22 de octubre, la tasa de desnutrición a nivel nacional es de 96.3, dos puntos menos que el mismo periodo de 2021. Mientras que la desnutrición moderada ha disminuido (6 por ciento), la severa se ha mantenido mayor que el año pasado (11 por ciento). Izabal, Suchitepéquez y Escuintla son los departamentos con las tasas de incidencia de desnutrición severa más altas a nivel nacional; y Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango y Escuintla son los que reportan más muertes por desnutrición.
Resultados actuales de seguridad alimentaria
La actividad económica sigue avanzando positivamente, especialmente con el levantamiento de todas las restricciones para evitar el contagio del COVID-19. Esto ha favorecido a sectores que aún estaban limitados por aforos y distanciamientos (turismo, comercio, educación, alojamiento, servicios de restaurante) y las ocupaciones informales, por lo que las mayores áreas urbanas del país se clasifican en Mínima (Fase 1, CIF).
En el área rural, las cosechas de Primera fueron en general promedio y han contribuido para que los hogares cuenten con granos propios para su consumo. En octubre también inicia la temporada de alta demanda de mano de obra en los principales cultivos comerciales que permite mejorar los ingresos los hogares rurales pobres dependientes del jornal agrícola. Estos dos eventos ponen fin a la larga temporada de escasez en la mayor parte del área rural del país. Sin embargo, los altos precios de los alimentos, transporte e insumos agrícolas para los agricultores han reducido el poder adquisitivo de los hogares y limitan el impacto positivo de la recuperación económica y la mejora en los ingresos rurales. Aunque los hogares pobres ya no experimentan brechas de consumo de alimentos, todavía deben continuar a pagar deudas acumuladas en los años recientes y a emplear estrategias de afrontamiento tales como el recorte de gastos no esenciales, la reducción de los gastos en salud y educación y la disminución de la calidad y diversidad de los alimentos incluidos en su dieta. A pesar de estas limitaciones, las mejoras estacionales si permiten que la mayoría de los hogares pobres rurales se clasifique en Estrés (Fase 2, CIF).
Sin embargo, en áreas focalizadas del Corredor Seco Oriental y Altiplano Occidental, los hogares han arrastrado deudas por un largo tiempo, han sufrido de bajos ingresos y altos precios de alimentos y además tuvieron una baja producción de granos básicos por la falta de uso de fertilizantes. Estos eventos los han forzado a realizar estrategias de afrontamiento negativas para garantizar su alimentación, tales como la reducción de la cantidad y tiempos de comida, la migración atípica de varios o todos los miembros de la familia o la venta de activos productivos para adquirir alimentos, por lo que experimentan resultados de Crisis (Fase 3, CIF). Asimismo, existen hogares pobres en Alta Verapaz que, a dos años del impacto de Eta e Iota, no han logrado recuperar sus medios de vida particularmente por la pérdida de suelos y la incapacidad de producir granos básicos como era lo usual. Estos y otros hogares de la misma área, y áreas focalizadas de Izabal y del norte de Quiché y Huehuetenango experimentaron un segundo periodo de lluvias por arriba de lo normal que desde agosto causó lluvias fuertes, crecida de ríos y deslaves provocando la pérdida de áreas de cultivo, daños en las vías de comunicación y viviendas, e inundaciones en comunidades. Estas áreas que fueron recientemente afectadas por la tormenta Julia se clasifican en Crisis (Fase 3, CIF) para el mes actual.
Supuestos
La perspectiva más probable entre octubre 2022 y mayo 2023 se basa en los siguientes supuestos a nivel nacional:
- Se esperan lluvias promedio durante todo el periodo que abarca esta perspectiva que favorecerían las siembras y desarrollo de los cultivos de granos básicos de Postrera y Postrera tardía, por lo que se esperarían una producción nacional de granos básicos con volúmenes promedio.
- Para los agricultores de subsistencia que redujeron o no usaron abonos químicos, así como para los agricultores de las áreas del norte del país afectados por la tormenta Julia, se espera una reducción de las cosechas de granos básicos.
- Se esperan una temporada de lluvias de Primera 2023 en rangos promedio que permitiría el inicio en tiempo de las siembras de granos básicos. Sin embargo, al igual que los ciclos pasados, la producción, particularmente de agricultores de subsistencia estaría limitada por los altos precios de transporte e insumos.
- Se esperan ingresos promedio provenientes por venta de mano de obra temporal en los cultivos comerciales, tales como azúcar, palma africana, banano y café (tanto a nivel nacional como en plantaciones de México y Honduras).
- Es probable que la demanda de mano de obra local y en producciones pequeñas y medianas de café esté por debajo de lo normal debido al recorte de costos de producción; pero se espera que la contratación de trabajadores temporales en Honduras y México se mantenga en niveles promedio.
- La demanda de mano de obra agrícola para las actividades de preparación y siembra de la temporada de Primera 2023 podría estar por debajo de lo normal pero similar al 2022, debido a la persistencia de altos costos de producción provocados por el precio de los insumos agrícolas.
- El empleo no agrícola y las ocupaciones informales, así como la actividad turística, continuarían mejorando, pero continuarían levemente por debajo de niveles prepandemia.
- Las remesas continuarían por arriba del año pasado y promedio de los últimos cinco años lo que continuaría beneficiando a los hogares medios que son los que logran costear el viaje a los Estados Unidos; si bien estos ingresos dinamizan las economías locales, no benefician directamente a los hogares pobres y más pobres.
- Las deudas seguirían por arriba de lo normal y los ahorros estaría por debajo de lo normal.
- La inflación podría mantenerse estable, pero arriba de lo esperado y arriba del 5 por ciento.
- A pesar de la llegada a los mercados de las cosechas nacionales, los precios de maíz y frijol se mantendrían alrededor de 70 y 40 por ciento por arriba del promedio de los cinco años, respectivamente, así como la de otros alimentos de la dieta básica, los combustibles y transporte y los fertilizantes.
Resultados de seguridad alimentaria más probables
Durante todo el periodo que abarca esta perspectiva se espera que las áreas urbanas se mantengan en inseguridad alimentaria Mínima (Fase 1, CIF) dada la continuidad de la recuperación de empleos y la dinámica económica que ha permitido que sectores importantes estén llegando a su total reactivación.
En octubre comienza la temporada de alta demanda de mano de obra, y se espera el trabajo temporal en los diversos cultivos comerciales sea promedio. El corte de café, tanto dentro como fuera del país, es la que más mano de obra empleará durante los siguientes meses y los hogares asociados lograrán aumentar sus ingresos. A pesar de los pronósticos del USDA de una leve reducción en la producción para el periodo 2022/23 debido a mayores costos de producción asociados por al aumento de los precios de fertilizantes y la dificultad para emplear mano de obra local, el precio de venta internacional del café, junto con su demanda estable de mano de obra, continuará su tendencia al alza para el ciclo 2022/23 (CABI-ANACAFE 2022).
Para aquellos hogares pobres del norte del país que dependen de la producción de cardamomo habrá empleo en rangos normales, pero el pago por jornal será menor al promedio debido a los bajos precios internacionales de venta. Como los pequeños productores de café, los productores de cardamomo no verán ganancias pues la venta de su producto será marginal. Para los hogares productores de la cosecha de granos básicos de Primera (a partir de septiembre) y los del único ciclo del Altiplano, la Postrera y la Postrera tardía (a finales de año e inicios del 2023), la disponibilidad de alimentos mejorará. Sin embargo, los menores rendimientos a causa de la reducción de áreas de siembra y la reducción o falta de uso de fertilizantes no permitirán que las cosechas duren lo usual y los hogares deberán recurrir a la compra prematuramente.
Los precios por arriba del promedio de los fertilizantes y de los combustibles continuarán afectando directamente el precio de los alimentos. La salida de las cosechas nacionales de granos básicos no generará el descenso típico de los precios. Para la mayoría de los hogares pobres los ingresos se mantienen estables pero el costo de vida ha aumentado considerablemente, lo que ha reducido su poder adquisitivo. Para cubrir su alimentación, harán ajustes a la calidad y diversidad de alimentos incluidos en su dieta, recortarán gastos no esenciales y gastos en salud y alimentación. La gran mayoría de los hogares del país encajan en esta situación, incluidas algunas áreas inundadas por la tormenta Julia, y por lo tanto se clasificarán en Estrés (Fase 2, CIF) de octubre 2022 a enero 2023.
Durante este mismo periodo, en algunas áreas focalizadas del Corredor Seco Oriental y Altiplano Occidental, los hogares han dependido de la compra de alimentos a precios elevados durante un largo periodo de tiempo para lo cual se han endeudado y los recientes ingresos no han sido suficientes para mejorar su seguridad alimentaria. Además, volúmenes de granos básicos inferiores a lo normal obligaron a realizar compras en el mercado de forma prematura. Los hogares pobres afectados por Eta e Iota además fueron impactados por la tormenta Julia. A pesar del aumento temporal de sus ingresos, no podrán recuperar sus medios de vida, pagar deudas y mejorar su alimentación. El poder adquisitivo para estos hogares seguirá reducido a causa de los altos precios de los alimentos. Para cubrir su dieta básica, seguirán haciendo recortes a la cantidad de alimentos a la dieta familiar. Continuarán endeudándose de una manera no sostenible, recurrirán a la migración atípica de más miembros del hogar y a la venta de activos productivos, por lo que se clasificarán en Crisis (Fase 3, CIF) durante todo el periodo que cubre esta perspectiva.
A partir de febrero, a medida que las actividades de cosecha de los diferentes cultivos comerciales disminuyen, la demanda de mano de obra y por consiguiente los ingresos se reducen. Los hogares que lograron producir volúmenes de granos básicos cercanos al promedio podrán recurrir a estas reservas durante uno o dos meses y utilizarán los ingresos recién percibidos para complementar su alimentación. No obstante, enfrentados a los precios elevados de alimentos y transporte, estos hogares deberán continuar haciendo ajustes a su alimentación y empleando estrategias de afrontamiento para cubrir su dieta básica por lo que continuarán clasificados en Estrés (Fase 2, CIF) hasta mayo del 2022. Sin embargo, a partir de marzo, al acabarse las reservas de granos y disminuir la capacidad de compra, más hogares recaerán en Crisis (Fase 3, CIF), para un inicio prematuro de la época de escasez.
Los hogares rurales más pobres que venían de una prolongada época de escasez en los años anteriores y que perdieron sus cosechas o que fueron mínimas, dedicaron los ingresos recién percibidos al pago de deudas y la compra de alimentos básicos. Estos tendrán que reducir la cantidad de alimentos y emplear estrategias más severas como la venta de activos productivos y la migración atípica, posiblemente con más familiares de los previstos y/o hacia lugares más alejados dentro del país o en Honduras o México. Si bien las siembras de Primera del 2023 darán inicio en tiempo, éstas no significarán una mejora a los ingresos de los jornaleros locales. Los agricultores comunitarios deberán reducir la contratación de mano de obra debido a los mayores costos de producción. A medida que avance los meses y que la temporada de escasez se acerque más hogares pobres experimentarán resultados de Crisis (Fase 3, CIF). De febrero a mayo los agricultores suelen quedarse en su área de residencia pues se dedican a sus propias siembras de granos básicos para obtener unos días de trabajo local y generar así un pequeño ingreso. Sin embargo, esta fuente de empleo estará deprimida debido a los altos costos de producción que ha implicado el recorte de la contratación esporádica de mano de obra.
Eventos que pueden cambiar la perspectiva
Tabla 1. Posibles eventos en los siguientes ocho meses que pueden cambiar el escenario más probable.
Área | Evento | Impacto en los resultados de seguridad alimentaria |
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Nacional | Exceso de lluvias durante la temporada de Postrera y Postrera tardía | Causaría daños a los cultivos, bajos rendimientos y pérdidas de cosechas, que resultaría que más hogares experimenten resultados de Estrés (Fase 2, CIF) y Crisis (Fase 3, CIF). |
Nacional | Aumento adicional en los precios internacionales de los fertilizantes y de los combustibles | Implicaría mayores costos en los costos de producción y transporte de los alimentos, lo que reduciría aún más la capacidad adquisitiva de los hogares, causaría que deterioro del consumo de alimentos, resultando en una mayor proporción de hogares enfrentando condiciones de Estrés (Fase 2, CIF) y Crisis (Fase 3, CIF). |
Nacional | Inicio de programas de asistencia alimentaria de la cooperación internacional | Mejoraría el acceso y la disponibilidad de alimentos básicos para el consumo familiar de los hogares más pobres que se encuentran clasificados Crisis (Fase 3, CIF), lo que les permitiría clasificarse en Estrés! con asistencia alimentaria (Fase 2!, CIF). |

Figura 1
CALENDARIO ESTACIONAL PARA UN AÑO TÍPICO
Fuente: FEWS NET

Figura 2
Figure 1
Fuente: UCSB-USGS/FEWS NET
Para proyectar los resultados de seguridad alimentaria en un período de seis meses, FEWS NET desarrolla una serie de supuestos sobre eventos probables, sus efectos, y las posibles respuestas de varios actores. FEWS NET analiza estos supuestos en el contexto de las condiciones actuales y los medios de vida locales para desarrollar escenarios estimando los productos de seguridad alimentaria. Típicamente, FEWS NET reporta el escenario más probable. Para conocer más, haga clic aqui.