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Seguridad alimentaria afectada por la Depresión Tropical 12-E y las lluvias subsecuentes

Seguridad alimentaria afectada por la Depresión Tropical 12-E y las lluvias subsecuentes

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  • Escenario más probable de seguridad alimentaria (octubre 2011-marzo 2012)
  • Cuadro 1. Eventos menos probables de los próximos seis meses que podrían cambiar los escenarios de arriba
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    • Los altos acumulados de lluvia y los fuertes vientos de la Depresión Tropical 12-E y los posteriores sistemas de baja presión ocasionaron daños importantes en la red vial, infraestructura de agua y saneamiento, y viviendas, así como pérdidas en el agro, especialmente en la costa sur, sur de Petén y el altiplano.  

    • El altiplano se encuentra altamente vulnerable a la inseguridad alimentaria por las pérdidas agrícolas. Los jornales en el último trimestre del año permitirán que los hogares compren sus alimentos, aunque recurrirán a la asistencia externa para llenar sus necesidades alimentarias. Esta área estará en estrés (Fase 2, IPC), con áreas en crisis (Fase 3, IPC). De enero a marzo, los hogares más pobres tendrán dificultades para alimentarse al concluir la cosecha de café y caña de azúcar, y por las pobres cosechas pasarán a categoría de crisis a medida que avance el trimestre.

    • La situación de seguridad alimentaria en el oriente se mantendrá durante este semestre en la categoría de estrés, pues la generación de ingresos a partir de los jornales permitirá la compra de alimentos, y las pérdidas agrícolas en la región no son tan extensas como en otras partes del país. Conforme el primer trimestre del siguiente año transcurra la situación será más crítica pero no llegará a la categoría de crisis.

    • Para los hogares del sur, las pérdidas post-cosecha del maíz de la primera cosecha debido al alto grado de humedad producto de las constantes lluvias, y las pérdidas de la postrera reducirán las reservas de alimentos, concluyendo antes de lo normal. La generación de ingresos durante el siguiente semestre permitirá llenar los requerimientos alimentarios. Los hogares más pobres de esta región se encontrarán en estrés, y en algunos casos en crisis, durante los siguientes seis meses, un deterioro de la seguridad alimentaria en esta área.

    Escenario más probable de seguridad alimentaria (octubre 2011-marzo 2012)

    La situación de seguridad alimentaria se ha deteriorado a consecuencia del impacto de la Depresión Tropical 12-E y los consiguientes sistemas de baja presión, que trajeron consigo intensas lluvias y fuertes vientos en prácticamente todo el país. Estos ocasionaron desbordamiento de ríos, deslizamientos de diversas magnitudes e inundaciones que afectaron la infraestructura del país, viviendas y cultivos. Las cifras oficiales dan cuenta de más de 78,000 damnificados, 38 personas fallecidas y más de 15,000 personas albergadas. Las estimaciones de daños agrícolas y económicos aún requieren de una evaluación en campo, que se ha dificultado debido a la persistencia de las inundaciones y los problemas de acceso. Debido a lo anterior, el gobierno ha declarado Estado de Calamidad Pública por 30 días, con posibilidad de prórroga.

    La depresión tropical afectó más las áreas del sur y occidente, pero las lluvias de los sistemas de baja presión también tuvieron consecuencias en el resto de áreas. De esta cuenta, el escenario más probable que se había planteado en el último informe se modifica considerablemente. En éste, la situación de seguridad alimentaria iba a mejorar grandemente en todo el país, con la salida de una cosecha de primera con mejores rendimientos que los de los últimos dos años, y la postrera no había sufrido mayores afectaciones.

    La infraestructura vial fue seriamente afectada, con puentes destruidos o estructuralmente dañados, bloqueo de carreteras a causa de deslizamientos y hundimientos, además de inundaciones. Los caminos secundarios también presentan condiciones deplorables que imposibilitan la movilización, y afectan el acceso de la población desde y hacia los mercados, con lo que el intercambio de alimentos de las zonas productoras hacia las consumidoras ha sido difícil. Esto ha derivado, en algunos casos, en pérdidas de producto y el incremento en los precios. Sin embargo, la temporada de lluvias está por finalizar, lo que mejorará las condiciones de algunas rutas, y se prevé que las vías de comunicación más importantes sean habilitadas por parte del gobierno.

    Aunque inicialmente el área productora de maíz y frijol conformada por la Franja Transversal del Norte y el sur de Petén no recibió el impacto directo del fenómeno, las intensas lluvias de los días subsiguientes ocasionaron fuertes inundaciones y desbordamiento de ríos. Esto resulta importante pues el producto proveniente de estas áreas surte de grano al mercado nacional y esto define el comportamiento de los precios. La mayor parte de la producción de primera ya había sido cosechada y con la humedad remanente en el suelo es posible una resiembra donde hubo pérdidas de postrera.

    Dada la naturaleza del shock, se observa una alta afectación en el tema de agua potable y saneamiento. Esto, adicionalmente a que pronto dará inicio la temporada de bajas temperaturas, ocasionará un aumento en los casos de enfermedades gastrointestinales, respiratorias y, por la acumulación de agua estancada, dengue. El incremento en la morbilidad ocasionará un deterioro en el estado de salud.

    Altiplano (zona de medios de vida 5, especialmente los hogares ubicados en las riberas de los ríos y laderas)

    Al momento del impacto de la depresión tropical, la mayoría de hogares en esta área estaban aún enfrentando la temporada anual de escasez de alimentos a nivel de hogar, periodo crítico en que las reservas de los hogares están depletadas y no hay alta demanda de mano de obra, como fuente de ingresos para estos hogares. Se preveía una mejora debido al inicio de la temporada de alto jornaleo en cultivos como el café y caña de azúcar, además de que la única cosecha de granos básicos estaba por salir, con rendimientos superiores a los de los últimos dos años. Con esta combinación, se aumentaba la disponibilidad y el acceso a los alimentos en los hogares más pobres.

    Sin embargo, los altos acumulados de lluvia ocasionaron desbordamiento de ríos y, debido a la topografía accidentada de la región, deslizamientos de diversas magnitudes. Estos eventos tuvieron repercusiones en la producción de maíz y frijol, con reportes de acame, daños por deslizamientos y anegación. El maíz se encontraba en etapa de fructificación, en algunos lugares ya tenían elote mientras que en otros éste aún no se había terminado de desarrollar. Aunque no ha sido posible realizar una evaluación adecuada de la situación agrícola por problemas de acceso, se prevén fuertes pérdidas en esta región. Esto significa que la población afectada no podrá reabastecer, como se esperaba, sus reservas alimentarias con grano proveniente de sus cultivos. Para los hogares con pérdidas totales, significa la extensión de la falta de reservas en los hogares hasta dentro de un año, pues el periodo de crecimiento de los cultivos en esta área es muy largo. Estos dependerán más de los ingresos generados para suplirse de alimento. Sin embargo, los hogares cuyas pérdidas son parciales tendrán reservas para uno o dos meses.

    Adicionalmente, se prevé que las pérdidas y la dificultad de acceso a los mercados, a consecuencia de daños en la estructura vial del país, ocasione un aumento temporal en los precios de los alimentos en una época en que estacionalmente se reporta una disminución. No obstante, no se prevé que esta alza sea muy fuerte pues fluirá producto proveniente de la cosecha ya levantada en las áreas productoras. En el altiplano, un 80 por ciento de los hogares extremadamente pobres y pobres depende de la compra de maíz, y un 97 por ciento de frijol durante todo el año, pero esta dependencia se reduce considerablemente al salir la cosecha en noviembre, hasta febrero o marzo en que consumen todas sus reservas. Debido a los daños y pérdidas agrícolas, sin embargo, se esperaría que las reservas terminen uno o dos meses antes. En esta zona aproximadamente el 25 por ciento de la población es extremadamente pobre, y 50 por ciento pertenece al grupo socioeconómico de los pobres.

    Los hogares pobres y extremamente pobres en esta región dependen para su ingreso en un 60 por ciento de la venta de mano de obra como jornaleros en cultivos agrícolas, como la caña de azúcar y café. En octubre inicia la temporada de alta demanda de mano de obra. Inicialmente, el sector cafetalero no prevé daños extensos, lo que significa que los hogares dependientes del jornaleo tendrán empleo durante los próximos cinco o seis meses, lo que les ayudará a la generación de ingresos que seguramente serán destinados a la compra de alimentos. Aunque el sector cañero ha reportado daños, aseguran no es significativo en términos de demanda de mano de obra. Un atraso en el inicio de la zafra sí se prevé, especialmente por las inundaciones y las malas condiciones de las vías de acceso. Estos ingresos permitirán la finalización de la temporada más crítica, aunque se prevé que los precios de los alimentos estén por encima de los esperados para esta época, lo que reducirá la capacidad adquisitiva de los hogares. En resumen, las oportunidades de empleo no serán afectadas de manera significativa.

    Las bajas temperaturas propias de los siguientes cuatro meses propiciarán el incremento en las enfermedades respiratorias, particularmente en la población que sufrió daño o pérdida de viviendas. También se podrán esperar daños por heladas y fuertes vientos en los cultivos de hortalizas, que seguramente iniciarán un nuevo ciclo productivo luego de las pérdidas recientes. Esto afectará aún más a la economía de la región, con énfasis en los jornales que este sector genera para los hogares más pobres; además del incremento en el precio de estos productos para todo el país.

    Como mecanismos de respuesta, los hogares más pobres de esta región podrían recurrir a la venta de sus pocos animales domésticos (pollos) para obtener dinero en efectivo, así como la disminución de tiempos de comida. Un aumento de la migración a otros sectores de producción, tales como México y Sur del país, así como en otros lugares dentro de la misma región. Al momento no se tiene programada la entrega de asistencia alimentaria de emergencia en esta área.

    En el primer trimestre de este período, se prevé hogares más pobres de la región satisfagan parcialmente sus necesidades alimentarias a través de la compra, que será posible gracias a los ingresos provenientes de la venta de mano de obra no calificada. Los hogares más pobres en esta área estarán en categoría de estrés, con algunas zonas en crisis.

    Para el primer trimestre del año, se prevé que las condiciones empiecen a deteriorarse considerablemente, sobre todo al finalizar el mismo. La temporada de alta demanda de jornaleros concluirá tempranamente, lo que reducirá el ingreso neto total obtenido. De esa cuenta, la figura 3 muestra esta región en crisis. Las condiciones muy probablemente continúen en esta categoría hasta la próxima cosecha a finales de 2012.

    Oriente (especialmente las zonas de medios de vida 7 y 8[1], que incluye los departamentos de El Progreso, Santa Rosa, Chiquimula, Zacapa, Jalapa y Jutiapa)

    Esta región contempla el llamado ‘corredor seco’, un área que se caracteriza por tener condiciones áridas que normalmente dificultan las actividades agrícolas, base de la economía y alimentación de la región. Las lluvias en esta región no fueron, por lo tanto, de la misma magnitud que la caída en el resto del país. Sin embargo, estas sí sobrepasaron los promedios históricos para octubre. Una mayor precipitación este año ayudó a un mejor desarrollo de los cultivos de maíz en primera, y se preveía que los de frijol también tendrían producciones mejores a las registradas el año pasado. En esta área, los cultivos más afectados por inundaciones y desbordamientos son los que se encontraban en las riberas de los ríos, quebradas y riachuelos, y en las partes bajas. Los cultivos de maíz ubicados en las partes más altas de la región también se vieron afectados, pues su desarrollo es más lento que el de sus similares de las partes más bajas. El exceso de humedad y los fuertes vientos les ocasionaron daños y pérdidas.

    El mayor daño se presentará en el cultivo de frijol, que durante la postrera representa el principal cultivo, y que abastece al mercado nacional. Este cultivo es altamente susceptible a la alta humedad, por lo que se prevé que en los días posteriores presenten daño por hongos y pudrición. También hay reporte de daños en hortalizas como el tomate y el chile pimiento.   

    Según reportes de FAO, los precios del maíz al productor han mostrado un alza, luego de iniciar el descenso a raíz de la salida de la cosecha de primera. Los del frijol, por otro lado, aún no han mostrado una variación importante, debido a que los hogares de la región aún cuentan con grano proveniente de la reciente cosecha de primera. Sin embargo, a medida que este grano sea consumido y la demanda aumente, se prevé que se ejerza presión sobre el precio del frijol, aumentándolo. En esta región, los grupos socioeconómicos más pobres dependen entre un 50 y un 75 por ciento de la compra para la obtención de sus granos básicos.  

    La mayor fuente de ingresos de los hogares más pobres es la venta de su mano de obra no calificada, y durante esta época del año se inicia la temporada de mayor demanda de la misma, con la cosecha de café, tabaco, melón, sandía, y en menor proporción, caña de azúcar. Ha habido reportes de afectaciones menores en el café, con lo que se esperaría que el número de jornales no disminuya significativamente. Los daños en el tabaco en la costa sur parecen ser mayores, por lo que podrían percibir menores ingresos producto de esta actividad. Los daños en la caña de azúcar parecen no ser muy extensos pero las inundaciones podrían retrasar la zafra. Con los ingresos generados en estas actividades, los hogares podrán comprar los alimentos que, en condiciones normales, consumirían de su propia producción.

    Los hogares que vean reducidas sus cosechas por daños o pérdidas, incluyendo las que se den post-cosecha a consecuencia de un exceso de humedad en el ambiente, experimentarán una reducción en sus reservas para el año 2012, con un adelanto de la temporada anual de escasez de alimentos, por tercer año consecutivo.

    Como mecanismos de respuesta, los hogares más pobres de esta región podrían recurrir a la venta de sus pocos animales domésticos (pollos) para obtener dinero en efectivo, así como la disminución de tiempos de comida. Así como un aumento de la migración a otros sectores de producción, tales como México y la ciudad capital.

    Ya que la afectación no fue generalizada, en el primer trimestre de este período, se prevé hogares más pobres de la región se encuentren en estrés (Fase 2, ver figura 2), debido a que cuentan con cierta cantidad de granos básicos, producto de las cosechas. Los que perdieron sus cosechas, sin embargo, podrán hacer frente a sus necesidades alimentarias a través de la compra. Adicionalmente, previa a estas lluvias, ya existía presencia de ayuda externa proveniente de programas de emergencia de Título II que paliará la escasez que estos hogares puedan tener en sus reservas de granos básicos. Para todos los hogares pobres de la región, el inicio de la temporada anual de alta demanda de mano de obra no calificada vendrá a mejorar el acceso que tengan a los alimentos.

    Para el primer trimestre del año, se prevé que las condiciones empiecen a deteriorarse a medida que transcurre el trimestre, pues es altamente probable que las reservas en los hogares duren entre uno y dos meses menos de lo usual, a consecuencia de los daños y pérdidas experimentadas en este momento. Adicionalmente, las fuentes de empleo empezarán a disminuir estacionalmente, además de que es muy probable que se reduzca la temporada de corte en los cultivos que demandan gran cantidad de jornaleros. Sin embargo, no se prevé que los hogares más pobres en esta región pasen a la categoría de crisis aún. Al finalizar el mismo estarán se encontrarán al inicio de la temporada anual de escasez de alimentos.

    Costa Sur (especialmente las zonas de medios de vida 12 y 13[2], que incluye los departamentos de Escuintla, Suchitepéquez, Retalhuleu y la parte baja de San Marcos, Santa Rosa y Jutiapa)

    Esta área recibió la mayor cantidad de lluvia, como se puede observar en la figura 4. En esta área el ciclo de primera de maíz ya había concluido con buenos rendimientos pues el régimen de lluvias había sido adecuado. Algunas áreas son consideradas excedentarias para el maíz, supliendo del grano a otras áreas del país, especialmente el altiplano. La producción de frijol, destinada al consumo, es bastante menor que la de maíz pero tampoco había sufrido de afectaciones. En el ciclo de postrera, los agricultores más pobres siembran maíz, mientras que, en términos generales, los del grupo socioeconómico medio son los que producen ajonjolí, que sería cosechado a partir de noviembre. Este cultivo es posteriormente vendido y los ingresos percibidos son destinados a la compra de insumos agrícolas para la siguiente siembra de granos básicos. Esta actividad es fuente de empleo para los extremadamente pobres, que no cuentan con tierras por lo que dependen exclusivamente del jornaleo.

    De acuerdo a una evaluación llevada a cabo por Acción Contra el Hambre (ACF-E) en municipios de los departamentos de Escuintla, Jutiapa y Santa Rosa, hubo de un 50 a un 100 por ciento de daño en maíz en las comunidades evaluadas, así como daños de hasta más de 93 por ciento en frijol producido en Moyuta y Pasaco, ambos municipios de Jutiapa. En Santa Rosa se reportan también pérdidas de ajonjolí, y en todos los municipios evaluados se reportan pérdidas de aves. Las pérdidas agrícolas abarcan la cosecha de primera que aún se encontraba en campo, reservas en los hogares y los cultivos de postrera que tenían aproximadamente un mes de haber sido sembradas. En estos municipios el impacto fue suficientemente significativo para que los hogares afectados enfrenten condiciones de crisis en los próximos meses.

    Durante el siguiente semestre se da la zafra y el corte de café. Esto significa que existe una gran cantidad de empleo no calificado disponible para los hogares de los grupos socioeconómicos más pobres, lo que permitirá que los hogares pobres que tuvieron pérdidas post-cosecha de los granos de la primera y/o daños o pérdidas de la postrera, puedan obtener sus alimentos. Sin embargo, concluida esa opción de empleo, la situación de los hogares se verá comprometida.

    Los hogares que se encuentran en el litoral dependen de la pesca como medio de vida, así como del jornal. Las actividades pesqueras estuvieron suspendidas casi desde inicio del mes, debido a las malas condiciones del mar. Esto significó que estos hogares no tuvieron producto para la venta, ni para el consumo. Sin embargo, una vez que las condiciones mejoran, estos hogares vuelven a pescar y generarán ingresos nuevamente. Una mayor actividad jornalera en los siguientes seis meses también será de beneficio para estos hogares, que estarán en la categoría de crisis debido a las dificultades de salud y acceso, como consecuencia de las fuertes lluvias dejadas por la depresión tropical 12-E.

    Hasta el momento, las instituciones del Sistema de Naciones Unidas están considerando solicitar, a través de un CERF, la aprobación de fondos para la entrega de ayuda alimentaria, adicional al apoyo en los sectores de agua y saneamiento, albergues, salud y nutrición.

    Cuadro 1. Eventos menos probables de los próximos seis meses que podrían cambiar los escenarios de arriba

    Área

    Evento

    Impacto en los resultados de seguridad alimentaria

    Todo el país

    La demanda de mano de obra no calificada significativamente disminuida respecto a años anteriores, a consecuencia de daños no previstos por el exceso de lluvias

    Una reducción en el número de jornales contratados o en el precio del jornal con la consecuente disminución en el ingreso de los hogares que dependen de esta ocupación. Esto ocasionará que la población tendrá dificultades para comprar y acceder a alimentos provenientes de la compra, al ver reducidos sus ingresos en efectivo y con precios en el mercado arriba del promedio y de los presentados en 2010.

    Altiplano y oriente

    La ayuda alimentaria externa no es entregada en los próximos meses

    Si esta ayuda no llega, especialmente en el altiplano, los hogares afectados no podrán llenar sus requerimientos alimentarios y caerán en situación de crisis.

    Figures Calendario estacional y eventos críticos Calendario estacional y eventos críticos

    Fuente : MFEWS

    Figura 1. Resultados actuales estimados en la seguridad alimentaria aguda, octubre 2011 Figura 1. Resultados actuales estimados en la seguridad alimentaria aguda, octubre 2011

    Fuente : MFEWS

    Figura 4. Lluvia acumulada (en milímetros), del 1 al 17 de octubre 2011 Figura 4. Lluvia acumulada (en milímetros), del 1 al 17 de octubre 2011

    Fuente : INSIVUMEH

    Para proyectar los resultados de seguridad alimentaria en un período de seis meses, FEWS NET desarrolla una serie de supuestos sobre eventos probables, sus efectos, y las posibles respuestas de varios actores. FEWS NET analiza estos supuestos en el contexto de las condiciones actuales y los medios de vida locales para desarrollar escenarios estimando los productos de seguridad alimentaria. Típicamente, FEWS NET reporta el escenario más probable. Para conocer más, haga clic aqui.

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