Deterioro de seguridad alimentaria tras pérdidas de cosechas y altos precios de granos básicos

Los hogares más pobres ubicados en el corredor seco oriental no lograron llenar sus reservas dadas las irregularidades climáticas que dañaron altamente a los cultivos de Primera. En las áreas más áridas del Occidente, los hogares ya reportan perdidas parciales, aunque las cosechas no se esperan hasta finales de año. La falta de lluvia durante la fase de floración y fructificación afectó el crecimiento de las plantas, y por consiguiente el rendimiento.

Las siembras de Postrera iniciaron en el oriente y norte del país, favorecidas por una segunda temporada lluviosa que ha dejado suficiente humedad en el suelo. Sin embargo, dadas las pérdidas del ciclo de Primera, algunos hogares pobres que perdieron su inversión y semillas no emprendieron actividades agrícolas durante este segundo ciclo.

En octubre inicia la alta demanda de mano de obra a nivel nacional, siendo el sector del café y de la caña de azúcar las principales actividades. Otras actividades tales como el cultivo de melón, hortalizas, frutales, se mantendrán en sus rangos promedio; esto permitirá a los hogares más pobres, que han recurrido a estrategias de afrontamiento negativas como la migración atípica o el aumento de ventas de animales, puedan obtener ingresos para adquirir alimentos durante los próximos meses.

Las pérdidas de cosechas entre los hogares más pobres significarán una dependencia prematura del mercado, y el uso acelerado de los ingresos recién percibidos. El precio del maíz sigue por arriba del promedio, por lo cual los hogares más pobres del corredor seco se mantendrán en Crisis (Fase 3, CIF), mientras que otros que lograron una cosecha de postrera se clasificarán en Estrés (Fase 2, CIF) durante los últimos meses de esta perspectiva.