Download the report
- La mayoría de los hogares más pobres en áreas rurales en los tres países de la región permanecerán en inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) durante todo el período de análisis. Habrá una mejora estacional en la situación alimentaria de estos hogares, de octubre 2024 a febrero 2025, con la salida de las cosechas de granos básicos de los ciclos de Postrera y Apante, y el aumento de demanda de mano de obra por la cosecha de cultivos comerciales. Gradualmente estas condiciones se deteriorarán a partir de marzo, cuando iniciará la temporada anual de escasez de alimentos. La población necesitada (PIN) representa entre 500,000 y 749,999 personas en Honduras, y entre 100,000 y 249,999 personas en El Salvador y Nicaragua, especialmente a partir de marzo 2025, cuando estacionalmente caen las opciones de empleo y los suministros de alimentos comienzan a disminuir.
- Los hogares cuyos cultivos de subsistencia fueron afectados por la aparición de plagas y enfermedades, y por exceso de lluvia forman bolsones con condiciones de Crisis (Fase 3, CIF) durante todo el período de análisis. La reducción significativa en la producción de autoconsumo no permitió a estos hogares reabastecerse de reservas alimentarias, forzándolos a depender de manera extendida de la compra, lo que continúa presionando su economía.
- Los hogares más pobres en el área urbana en la región presentarán condiciones de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) desde octubre 2024 a mayo 2025, debido a la persistencia de los precios altos en el rubro de alimentos, que limitan el acceso a los mismos con ingresos irregulares y bajos. No obstante, se espera una ligera mejora a finales de noviembre y diciembre 2024, y en abril 2025, gracias a un repunte estacional en las actividades comerciales y turísticas, que mejora los ingresos de los hogares cuyos medios de vida dependen de estos sectores.
Debido a la migración hacia las ciudades en búsqueda de empleo, El Salvador, Honduras y Nicaragua reportan una mayor proporción de su población en el área urbana (mayor al 60 por ciento). Los más pobres dependen totalmente de la compra de alimentos y del trabajo informal en comercio, construcción, servicios y empleo doméstico como fuente principal de ingresos. A pesar de la alta proporción de población urbana, esta representa solo alrededor del 20 por ciento de la población en necesidad en la región, ya que los mayores índices de pobreza y vulnerabilidad se encuentran en el área rural.
La dieta en la región está basada en granos básicos, como el maíz blanco y el frijol rojo. Existe una producción comercial que abastece los mercados nacionales y regionales, complementada con importaciones. Los grandes productores tienen acceso a mejor calidad de tierras, riego y otros recursos para lograr altos rendimientos. Por el contrario, la producción de subsistencia alimenta a los hogares agrícolas pobres de la región, caracterizándose por ser de secano, con poca inversión en insumos. Hay dos ciclos productivos principales: Primera, que inicia con la temporada lluviosa y cuando se da la mayor producción de maíz en el año, y Postrera, que produce principalmente frijol. Además, existe el ciclo de Apante/Postrera Tardía en áreas del norte de Honduras y la franja central de Nicaragua que produce frijol para completar el suministro regional. Durante el período sin cosechas, los hogares rurales pobres dependen de sus reservas que gradualmente se terminan, por lo que a este período se le llama la temporada anual de escasez de alimentos.
Los medios de vida de los hogares rurales pobres dependen de una combinación de agricultura de subsistencia y los ingresos del trabajo agrícola informal en cultivos comerciales de exportación, como el café, la palma africana y la caña de azúcar. Las cosechas de estos productos definen patrones migratorios hacia las áreas productoras dentro de cada país y entre países, incluyendo Costa Rica, y representa el período de mayores opciones para la generación de ingresos durante el año para los hogares jornaleros. Los ingresos generados son utilizados para su alimentación en los próximos meses y la compra de insumos agrícolas para sus cultivos de granos básicos.
La seguridad alimentaria en la región ha sido afectada por eventos consecutivos, como la infestación de roya en el café en 2012, la pandemia de COVID-19 y sus efectos comerciales, períodos de sequedad anormal y de altas precipitaciones, así como el impacto de eventos tropicales, como los huracanes Eta e Iota, a finales de 2020. El saldo de estos sucesos incluye una brecha en el suministro regional de granos básicos, especialmente de frijol rojo, compensada por importaciones, una alteración en los patrones estacionales de los precios de los alimentos en el último año, mayores niveles de endeudamiento y un deterioro en la capacidad de respuesta de los hogares más pobres. También ha habido cambios en los medios de vida que incluyen la diversificación en las fuentes de ingreso y una mayor tasa de migración hacia las áreas urbanas y otros países, como Estados Unidos, aumentando el flujo de remesas que apoyan el pago de necesidades básicas de los hogares receptores, y una mayor demanda de empleo en construcción y comercio.
Véase el anexo al final de este informe para consultar los calendarios estacionales de El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Conozca más
Los enlaces a continuación brindan información adicional:
- Cosecha de Primera apoya la disponibilidad de alimentos, mejorando la situación alimentaria en la región | FEWS NET
- El Salvador Boletín de Precios | FEWS NET
- Honduras Boletín de Precios | FEWS NET
- Panorama de la metodología de desarrollo de escenarios de FEWS NET
- El enfoque de FEWS NET para estimar la población en necesidad
- Panorama de la CIF y del análisis compatible con la CIF
Nacionales
- En septiembre, los precios delmaíz blanco mostraron estabilidad respecto al mes previo, como consecuencia del aumento en el suministro de los mercados, con el inicio de la cosecha de Primera, con un mes de atraso. Dado que esta ha mostrado mejores resultados en los rendimientos que en 2023, los precios cayeron entre cinco y 40 por ciento en contraste con los del año previo, aunque se mantuvieron similares al promedio quinquenal.
- Aunque el ciclo de Primera no es el principal ciclo productivo para la producción regional de frijol rojo, la salida de una cosecha cercana al promedio en sepiembre permitió el flujo de grano fresco a los mercados, dando lugar a una baja del 16 por ciento en el precio en Honduras, mientras que en El Salvador y Nicaragua se apreció una estabilidad en los precios, debido a mayores costos de producción y a una cosecha escalonada que ha ocasionado flujos más constantes hacia los mercados. No obstante, en los tres países fue evidente una baja respecto al año anterior, que osciló entre cinco y 15 por ciento. El déficit acumulado de varios años en la producción regional y los altos precios de producción ha mantenido los precios hasta 42 por ciento arriba del promedio de los últimos cinco años.
- La inflación general en septiembre mostró leves disminuciones respecto a los valores de agosto; sin embargo, en Honduras se observó un aumento del 4.5 por ciento respecto al mismo mes en 2023, mientras que en Nicaragua, el incremento fue cercano al cuatro por ciento. A pesar de que se mantiene la tendencia ascendente en los datos, estos han cedido significativamente respecto a las variaciones reportadas durante el 2023, gracias a un menor crecimiento del rubro de alimentos y, en el caso de El Salvador y Honduras, del transporte. No obstante, la inflación alimentaria continúa influyendo en los datos globales de inflación.
- El precio del diésel continúa estable respecto a lo reportado en el mes previo, pero en Honduras y El Salvador sí ha mostrado bajas significativas respecto al año previo, gracias a la reducción en el precio internacional del petróleo. Estas variaciones han permitido revertir las fuertes alzas reportadas en los últimos cinco años, llegando incluso a reportar una disminución del seis por ciento respecto al promedio en Honduras. En Nicaragua, el gobierno mantiene los precios de los combustibles fijos desde mediados de 2022.
- Persiste el patrón irregular de las lluvias en la región. Los acumulados del último mes muestran la continuidad de déficit en El Salvador y el oriente de Honduras, y excesos de precipitación en el centro de Honduras y la región Pacífica de Nicaragua. Por otro lado, las fuertes anomalías en la temperatura han cedido de los máximos reportados a mediados de este año, aunque persisten ligeramente elevadas. Estas condiciones han permitido el levantamiento de la cosecha de Primera y un inicio ligeramente atrasado en las actividades de siembra de Postrera.
Corredor seco
- Para los hogares rurales que dependen de la producción de subsistencia en el Corredor Seco en los tres países, la presencia de plagas y enfermedades en los cultivos de granos básicos de Primera y los daños por la irregularidad en las lluvias han significado una reducción en los rendimientos, de por sí bajos, lo que implicará menores reservas, pero también han resultado en mayores costos de producción, que limitan los recursos económicos destinados a las necesidades básicas. Estos hogares tienen una débil capacidad de respuesta debido a la erosión en sus medios de vida, como consecuencia de los shocks de años previos.
Asistencia alimentaria humanitaria
- No existe información de asistencia alimentaria humanitaria en los tres países en cantidades suficientes para cubrir, al menos, el 20 por ciento de las necesidades calóricas de los hogares en inseguridad alimentaria aguda de la región. Su cobertura tampoco alcanza el 20 por ciento de la población en necesidad, como para permitir un efecto positivo significativo en su situación alimentaria.
Supuestos nacionales
- Los pronósticos indican que las condiciones neutras actuales den paso al desarrollo de un evento La Niña débil entre septiembre y noviembre, que podría durar hasta el primer trimestre de 2025. Esta condición favorecerá los acumulados de lluvia por arriba del promedio para la región.
- La producción de subsistencia de granos básicos de Postrera se espera levemente por debajo del promedio, considerando que el cultivo principal es el frijol, y este es susceptible a daños por hongos y plagas en condiciones de alta humedad. La cosecha se espera con un atraso de un mes, debido al retraso sufrido durante el ciclo de Primera.
- Se espera que los resultados de las cosechas de cultivos comerciales, como el café y la caña de azúcar, se reduzcan levemente. No obstante, con la disminución en la oferta de jornaleros en la región, los hogares que aún dependen de este fuente de trabajo no verán un impacto significativo en la oferta de trabajo por la baja en el rendimiento. El precio del jornal se mantendrá elevado pero en valores similares a los reportados el año previo, por lo que los ingresos netos de los jornaleros se mantendrán próximos a los de hace un año.
- El sector de turismo y comercio tendrán un aumento estacional a finales de año y en abril, durante Semana Santa, por lo que los hogares cuyos medios de vida dependen de ellos también experimentarán un incremento en sus ingresos. Los niveles de actividad turística en Honduras y Nicaragua se mantendrán dentro de los reportados en los últimos dos años, mientras que los de El Salvador estarán significativamente arriba respecto al año previo, y por encima de los valores pre-pandemia.
- Los precios del maíz blanco se mantendrán abajo o cerca del promedio en El Salvador y Nicaragua, debido a un mejor resultado en la producción respecto al año previo y a las importaciones que complementarán los inventarios, mientras que en Honduras se espera que se mantengan ligeramente por arriba del mismo, debido a mayores costos de producción.
- Los precios del frijol rojo continuarán por arriba del promedio quinquenal en Nicaragua y Honduras, debido a una brecha ya existente en la producción de los últimos años. En El Salvador, las proyecciones indican que los precios seguirán la tendencia actual, bajo el promedio, soportados por las importaciones (Figuras 1 y 2).
Asistencia alimentaria humanitaria
Supuesto nacional
- No existe información de asistencia alimentaria humanitaria planificada en los tres países que cubra, al menos, el 20 por ciento de las necesidades calóricas de los hogares en inseguridad alimentaria aguda de cada país, ni que su cobertura alcance el 20 por ciento de la población en necesidad.
Figura 1
Fuente: FEWS NET con datos del Ministerio de Agricultura de El Salvador (MAG) y el Sistema de Información de Productos Agrícolas de Honduras (SIMPAH)
La mayoría de los hogares rurales pobres de la región se mantendrán en condiciones de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) durante todo el período de análisis. La mayoría de los hogares pobres en el área rural de la región experimentarán una mejora en sus condiciones alimentarias a partir de octubre, con un incremento de sus reservas alimentarias gracias a la reciente cosecha de Primera y la posterior cosecha de Postrera, en diciembre, a pesar de la leve disminución esperada en los rendimientos de frijol. El flujo de granos frescos hacia los mercados permitirá una baja estacional en los precios, aunque se prevé que otros alimentos persistan con precios elevados. Además de la mejora en la disponibilidad de alimentos, el aumento en las opciones para la generación de ingresos, a raíz del inicio de la temporada de alta demanda de mano de obra para agricultura de subsistencia y comercial, permitirá una mejora en el acceso a los alimentos. Esta mejora combinada con el aumento en la disponibilidad de alimentos y los ingresos continuará hasta febrero aproximadamente, cuando las reservas en estos hogares empiezan a terminar y las opciones de empleo caen estacionalmente, dando lugar a la temporada anual de escasez de alimentos. A partir de entonces, los hogares más pobres deberán recurrir a estrategias de afrontamiento, como la sustitución de alimentos por unos de menor costo, en un esfuerzo por cerrar la brecha alimentaria, lo que aumentará el número de hogares en Crisis (Fase 3, CIF), sin cambiar las clasificaciones de los países.
Los hogares más pobres ubicados en las áreas rurales del Corredor Seco de la región, cuya producción ha sido continuamente afectada por eventos climáticos, componen bolsones de población experimentando condiciones de Crisis (Fase 3, CIF) a lo largo de todo el período de análisis, pero no representan más del 20 por ciento de la población de cada país para justificar un cambio en la clasificación de área. Estos hogares tienen medios de vida frágiles, altamente dependientes de la venta de su mano de obra y la producción de subsistencia de granos básicos. Desde 2018, diversos eventos climáticos han ocasionado pérdidas agrícolas de varias magnitudes, que aunadas a los shocks económicos que estos hogares han enfrentado desde 2020, han erosionado sus medios de vida y disminuido su capacidad de respuesta. En 2024, las irregularidades en las lluvias y las altas temperaturas ocasionaron pérdidas focalizadas en estos hogares, lo que significa una mayor dependencia de la compra de alimentos. Durante los siguientes ocho meses, estos hogares conseguirán esporádicamente fuentes de empleo que les permitan acceder a alimentos, pero dada la naturaleza informal de estos empleos, su situación alimentaria será variable.
En el ámbito urbano, los hogares más pobres dependen casi exclusivamente de la compra para su alimentación. A pesar de que la inflación se ha estabilizado, y que la salida de las cosechas de granos básicos permite una disminución estacional de los precios, se prevé que los precios de los alimentos, en general, se mantengan por arriba del promedio debido al efecto ocasionado por las fuertes alzas de años previos. La generación de ingresos para estos hogares seguirá siendo precaria debido a que la mayoría de los empleos se encuentran en el sector informal, lo que resulta en un factor decisivo en su baja capacidad adquisitiva. A pesar de una mejora respecto a los valores observados durante la pandemia, las condiciones económicas de los países no han logrado revertir las altas tasas de informalidad en el empleo, que persisten superiores a los valores previos a 2020. No obstante, se observará una leve mejora en los ingresos durante noviembre y diciembre, puesto que las festividades de fin de año permiten una dinamización en el comercio. Sin embargo, en general, la mayoría de los hogares pobres urbanos experimentan una inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) a lo largo del período de análisis, con la implementación de estrategias de afrontamiento, como la reducción en la calidad de la dieta o en gastos no esenciales y el aumento de deudas.
Nacional
El impacto de un evento tropical en la región
Probable impacto en los resultados de la inseguridad alimentaria aguda: Dado que se prevé una extensión en la duración de la temporada de huracanes hasta inicios de diciembre, se considera que el impacto de un evento tropical podría ocasionar lluvias intensas con inundaciones, desbordamiento de ríos y deslizamientos. Dependiendo de la trayectoria y la magnitud, esto podría ocasionar daños agrícolas, pérdidas de cultivos y daños en la infraestructura, lo que significará menor acceso desde y hacia servicios básicos, lo que tiene el potencial de aumentar los niveles de inseguridad alimentaria de los hogares afectados e, incluso, del área afectada, si el evento es suficientemente extenso, incrementando la población en inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) y/o Crisis (Fase 3, CIF).
Aumento en el ritmo inflacionario
Probable impacto en los resultados de la inseguridad alimentaria aguda: A pesar de que inicialmente se prevé que la inflación en los países de la región se mantenga por debajo del cinco por ciento, existen factores como las presiones político-geográficas en el mundo, que podrían influir en el precio de los combustibles, los alimentos importados y el precio de los fletes. Si esto llegara a materializarse, la capacidad adquisitiva de los hogares se vería presionada, limitando su acceso a los alimentos, aumentando los niveles de inseguridad alimentaria, particularmente para los hogares urbanos más pobres que dependen totalmente de la compra, y los hogares rurales cuyos medios de vida dependen completamente de la venta de su mano de obra y no tienen producción propia. Este evento ocasionaría un incremento en la población en Acentuada (Fase 2, CIF) y/o Crisis (Fase 3, CIF).
Cita recomendada: FEWS NET. El Salvador, Honduras, y Nicaragua Informe de monitoreo remoto Octubre 2024: Seguridad alimentaria mejora por mayor rendimiento agrícola que en 2023, 2024.
Para el monitoreo remoto, típicamente un(a) coordinador(a) trabaja a través de la oficina regional más cercana. Con apoyo de datos de los socios, el(a) coordinador(a) utiliza el desarrollo de escenarios para llevar a cabo el análisis y producir los reportes mensuales. Es posible que los países de monitoreo remoto cuenten con menor información disponible y como consecuencia, los reportes tengan menos detalle que los países con presencia de FEWS NET. Para conocer más sobre nuestro trabajo, haga clic aqui.