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Los altos niveles de inflación continuarán reduciendo significativamente el acceso a los alimentos

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  • PERSPECTIVA REGIONAL PROYECTADA HASTA SEPTIEMBRE 2022
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    • Se prevé que las áreas urbanas en la región se mantengan en inseguridad alimentaria Mínima (Fase 1, IPC) gracias a la recuperación económica. Sin embargo, la dificultad en el acceso a los alimentos, producto del incremento en la inflación, conducirá a resultados de Estrés (Fase 2, CIF), especialmente para los hogares pobres rurales de la región. Además, se esperan condiciones de Crisis (Fase 3, CIF) para los hogares más pobres en el oriente y el Corredor Seco de Honduras, quienes sufrieron pérdidas agrícolas significativas en 2021. Durante la temporada de escasez, se prevé que aumente la proporción de hogares en Crisis (Fase 3, CIF), particularmente en Nicaragua, sin cambiar la clasificación de área.

    • Las fuertes alzas, de hasta 35 por ciento respecto al promedio de los últimos cinco años, en el precio de los combustibles ha impactado negativamente en los precios del transporte. Esto se suma a las pérdidas agrícolas ocasionadas por factores climáticos en 2021, aumentando los precios de granos básicos y reduciendo el acceso a los alimentos. Se prevé que estas condiciones continúen a lo largo de este período de análisis.

    • Se prevé que la temporada de Apante/Postrera Tardía concluya con resultados promedio, a la vez que los pronósticos climáticos indican un inicio promedio de la temporada de lluvias para la mayoría de la región y acumulados de lluvia dentro de los parámetros normales. Esto favorecerá el desarrollo de los cultivos de Primera. Sin embargo, los altos costos de los insumos agrícolas ocasionarán menores extensiones de siembra y, con ellas, rendimientos por debajo del promedio y una disminución en la demanda de mano de obra, especialmente para los agricultores de subsistencia.

    ZONAANOMALÍAS ACTUALESANOMALÍAS PROJECTADAS
    Regional Las reservas de la cosecha de Postrera de hogares productores en Honduras y Nicaragua durarán hasta dos meses menos, debido a pérdidas causadas por déficits de lluvias durante 2021.A pesar de una ralentización en su crecimiento, se prevé que las remesas se mantengan arriba del promedio. Solamente se beneficiarán indirectamente de estas los hogares más pobres que obtengan empleo en construcción o comercio y servicios domésticos, que son los sectores más dinamizados por las remesas.
    Regional Con la salida de la cosecha de Apante/Postrera Tardía, los precios al por mayor del maíz blanco y el frijol rojo en la región se mantuvieron estables en enero, respecto a diciembre. Sin embargo, al compararlos con el año anterior, el maíz muestra incrementos de 34.7, 38.3 y 47.7 por ciento en los mercados de San Salvador, Tegucigalpa y Managua, respectivamente. El frijol, por otro lado, muestra incrementos de 16.6 y 28.9 por ciento en Honduras y Nicaragua, respectivamente, mientras que, en El Salvador, reporta una disminución del 7.6 por ciento, ya que la cosecha de Postrera tuvo rendimientos cercanos al promedio.Se prevé que la actividad turística de la región continúe por debajo de los niveles prepandemia, aunque con una lenta recuperación.
    Regional La inflación anual continúa incrementando, con variaciones interanuales de 6.5, 6.2 y 7.7 por ciento para El Salvador, Honduras y Nicaragua, respectivamente. En enero 2022, el rubro con mayor incremento respecto a enero 2021 es el de alimentos, que ha variado en 9.0, 7.5 y 10.3 por ciento en los tres países.Se estima que los precios de los combustibles continúen altos durante todo el período de análisis, lo que incidirá en el mantenimiento de los niveles actuales de inflación, incluyendo los precios altos de los alimentos, específicamente los granos básicos, pero también fuentes de proteína animal y vegetales. Se espera que solo el gobierno de Honduras aplique subsidios a estos precios.
    Regional A pesar de la estabilidad en el precio de los combustibles, entre diciembre 2021 y enero 2022, el diésel aún reporta incrementos de 35.3, 28.5 y 33.6 por ciento en enero respecto al año anterior en El Salvador, Honduras y Nicaragua, respectivamente. Al momento, únicamente en Honduras hay subsidio para los combustibles. En el caso de los fertilizantes, los precios en enero aún se muestran altos, con variaciones intermensuales para la urea de 16.6 y 25 por ciento en Honduras y Nicaragua, respectivamente. Sin embargo, al compararlos con enero 2021, han aumentado 133.8, 188.9 y 158.7 por ciento en El Salvador, Honduras y Nicaragua, respectivamente.Los precios del maíz blanco se proyectan altos para los tres países durante todo el período analizado, con valores de hasta 56 por ciento arriba del promedio de los últimos cinco años.
    Regional  En el caso de los precios del frijol rojo, a pesar de un ciclo de Apante/Postrera Tardía cercano al promedio, también se proyecta que los precios en los tres países muestren valores de hasta 50 por ciento arriba del promedio durante toda la perspectiva. Esto se debe a que no será suficiente para compensar las pérdidas de los dos ciclos anteriores, y también por los precios altos de transporte y fertilizantes que se prevén.
    Regional  A pesar de pronósticos climáticos favorables para el desarrollo de los cultivos de granos básicos de Primera, el alto precio en los fertilizantes incidirá en una menor intención de siembra y una leve reducción en los rendimientos en los tres países, mientras que los hogares productores de subsistencia verán disminuciones moderadas.
    Regional  Debido a la reducción en las extensiones de tierra para cultivo y al aumento en los costos de producción, se prevé que se reduzca la demanda de mano de obra, especialmente la contratada por pequeños y medianos productores.
    Regional  El escenario político en Nicaragua se mantendrá con pocas oportunidades de inversión nacional e internacional.

     

    PERSPECTIVA REGIONAL PROYECTADA HASTA SEPTIEMBRE 2022

    La cosecha de Postrera en El Salvador tuvo rendimientos cercanos al promedio, por lo que, al momento, tanto los mercados como las reservas de los hogares productores se encuentran abastecidos. Estos hogares contarán con reservas típicas y suficientes hasta marzo o abril, para luego recurrir a la compra como fuente principal de alimentos. Por otro lado, los hogares no productores, urbanos y rurales, también ven un beneficio al reducirse el ritmo de alzas en los precios. En enero, por ejemplo, se observó una estabilización en los precios al por mayor y por menor, con respecto al mes anterior, tanto del maíz blanco como del frijol rojo (Figura 1). Sin embargo, al compararse con el año anterior, los precios del maíz al por mayor continúan elevados con una variación de 34.7 por ciento. Además, los mismos precios estuvieron 31.3 por ciento por arriba del promedio de los últimos cinco años. En el caso del frijol rojo, el producto prioritario durante el ciclo de Postrera, sí muestra una ligera disminución en enero del 7.6 por ciento respecto a enero 2021, y la variación positiva respecto al promedio es solamente de 6.6 por ciento

    A pesar de que el país reportó una nueva ola de contagios de COVID-19 en enero, el gobierno no reinstauró ninguna medida restrictiva a la movilidad, lo que permitió que las actividades económicas continuaran. Esto incluye el turismo, que a finales de año mostró un incremento estacional. Este sector, que fue fuertemente afectado por la pandemia, ha ido recuperándose paulatinamente, y con ello, los empleos formales e informales asociados. Los ingresos de los hogares que dependen de estos han iniciado a mejorar, aunque aún se encuentran por debajo de los valores prepandemia.

    En el ingreso también se observa una mejora estacional, como es el caso del comercio urbano, el trabajo rural y el jornal en cultivos comerciales como el café y la caña de azúcar. En diciembre 2021, el Consejo Salvadoreño de Café reportaba una producción preliminar de 475,850 quintales oro, lo que significaba un aumento del 56.4 por ciento en la recepción de café por parte de los beneficios a esa misma fecha el año anterior. En el caso de la caña de azúcar, según el Consejo Salvadoreño de la Agroindustria Azucarera, los valores preliminares de recolección son similares a los del año anterior. El ingreso de remesas en diciembre, además de mostrar un incremento estacional, reportó un incremento interanual del 16 por ciento.

    No obstante, existe una presión en la economía de los hogares salvadoreños puesto que los precios de los alimentos se encuentran elevados. La inflación general mostró en enero una variación del 6.5 por ciento, respecto al año anterior y, durante el mismo período, el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas del Índice de Precios al Consumidor reportó una variación del 9.0 por ciento. Estas alzas iniciaron en septiembre y están fuertemente relacionadas con el alza en el precio del combustible, que dio lugar a mayores precios en servicios y transporte. Esto significará una reducción en la capacidad adquisitiva de los hogares, especialmente en los más pobres, tanto urbanos como rurales, que aún tienen deudas y medios de vida que recuperar luego de la crisis ocasionada por el COVID-19. Esto cobra relevancia a partir de marzo o abril con la finalización de las reservas y una caída estacional en las opciones de empleo, al iniciar la temporada anual de escasez.

    Durante este período, también se dan las siembras para el ciclo de Primera, que este año se prevé se den en tiempo, dados los pronósticos de lluvia dentro de los rangos promedio (Figura 2). Sin embargo, los altos precios de los fertilizantes (Figura 3) forzará a los productores a reducir su aplicación y las extensiones de tierra, lo que tendrá como consecuencia una leve reducción en los rendimientos obtenidos. La demanda de mano de obra disminuirá acorde a los rendimientos. La inflación se mantendrá elevada hasta septiembre, debido a la previsión de la continuación en la tendencia de precios de los combustibles. En el caso particular de los precios del maíz y frijol, se proyecta que ambos muestren una tendencia estacional, pero con incrementos respecto al promedio de hasta el 27 y 13 por ciento, respectivamente.     

    En Honduras, los hogares productores – especialmente los agricultores de subsistencia – han sufrido pérdidas de sus cosechas de Primera y de Postrera debido al déficit de lluvia durante 2021. Debido a esto, se quedarán sin reservas a partir de febrero, dependiendo del mercado como fuente de sus alimentos aproximadamente dos meses más temprano de lo usual. Sin embargo, en el área del norte, la salida de la cosecha de Postrera Tardía inició a finales de febrero, y continuará durante marzo. Se cosecha principalmente frijol, representando alrededor del 15 por ciento de la producción nacional en Honduras. Dado que las condiciones climáticas fueron favorables, se prevé que tenga resultados cercanos al promedio.

    El flujo de grano recién cosechado al mercado aumentará la disponibilidad en los mercados, reduciendo la presión generada por las pérdidas significativas de ciclos anteriores, pero no suficiente para compensarlas. Para los hogares productores, la cosecha significará un incremento en sus ingresos, pues mayormente se destinará para la venta, a pesar de que muchos consumirán este mes las pocas reservas provenientes de las cosechas de Primera y Postrera. Esto se debe a los altos precios que al momento muestra el frijol, lo que les permitirá obtener el efectivo para continuar comprando sus alimentos y los insumos necesarios para iniciar el ciclo de Primera de este año. Dadas las deudas existentes y los altos precios, su capacidad de compra este año será menor. 

    En enero, tanto los precios de maíz blanco como de frijol rojo se estabilizaron frente al mes anterior. No obstante, los precios al por mayor continúan mostrando variaciones significativas (Figura 1). Para maíz y frijol, se encuentran 38.3 y 28.9 por ciento por arriba del año pasado y 24.3 y 46.8 por ciento por arriba del promedio de los últimos cinco años, respectivamente. Esta situación es producto de la combinación de menores cosechas en 2021 y de una inflación que ha mostrado un incremento interanual del 6.2 por ciento. La presión en la economía de los hogares, especialmente los más pobres, continúa a pesar de que el gobierno ha implementado subsidios y la fijación de precios para los combustibles desde octubre 2021.

    Referente al nivel de empleo e ingresos de los hogares, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) en diciembre 2021 mostraba aumentos interanuales del 17.6 por ciento para la construcción, 15.9 por ciento para el comercio y 61.8 por ciento para hoteles y restaurantes, relacionado con el sector turismo, lo que significaría una mejora.

    En febrero, el nivel de empleo rural reporta el pico anual ya que los cultivos comerciales como el café y la caña de azúcar llegan a su máximo. Sin embargo, la producción de café de 2021/2022 en Honduras se prevé 20 por ciento por debajo del promedio de los últimos cinco años y 12 por ciento por debajo de lo cosechado el año anterior debido a afectaciones por condiciones climáticas, al aumento en la prevalencia de roya y otras plagas, y a una leve reducción en el área plantada. En el caso de la caña de azúcar, las previsiones de USDA en abril 2021 indicaban una recuperación de los daños ocasionados por las tormentas Eta e Iota, por lo que se espera que la producción hondureña este año alcance los rangos promedio. Los hogares dependientes del jornal en los cultivos comerciales usualmente guardan parte de los ingresos generados durante esta temporada para cubrir las necesidades básicas de los próximos dos o tres meses y los costos de producción del ciclo de Primera. Sin embargo, los shocks experimentados en los últimos años ocasionaron endeudamiento y el deterioro de sus medios de vida, por lo que los ingresos provenientes del trabajo en estos meses – que ya están por debajo del promedio – tendrán que destinarse parcialmente para solventar las deudas, reduciendo el disponible para cubrir las necesidades básicas actuales y futuras.

    Para los siguientes meses, se espera que la temporada anual de escasez inicie dos meses antes de lo normal, debido a la pérdida de cosechas – que pudieron llegar hasta 80 por ciento en el caso de agricultores de subsistencia. Resultando en que estos hogares dependerán de la compra como fuente primaria de alimentos más temprano de lo usual, en un momento en el que los precios de los alimentos están elevados, puesto que se espera que la inflación continúe alta. Los granos básicos seguirán una tendencia estacional al alza, con variaciones positivas adicionales de hasta 40 y 50 por ciento por arriba del promedio, para el maíz y el frijol rojo, respectivamente.

    Adicional a esta presión en la economía de los hogares, los productores rurales deberán hacer frente a la misma alza en los precios de los fertilizantes (Figura 3) y, como en El Salvador, se verán forzados a reducir su aplicación y disminuir las áreas de producción. Esto tendrá como resultado rendimientos por debajo del promedio – a pesar de contar con pronósticos de un desempeño promedio en las lluvias durante toda la temporada (Figura 2) – y una reducción significativa en la demanda de mano de obra, lo que a su vez significará menos jornales e ingresos por debajo del promedio.   

    En Nicaragua, a pesar de la reciente salida de la cosecha de Apante/Postrera Tardía con rendimientos promedio, el suministro de frijol rojo al mercado será menor al promedio. Esto se debe a que la nueva cosecha no compensará las pérdidas ocasionadas por la irregularidad en las lluvias y una menor superficie sembrada en 2021. En enero, los precios del maíz mostraron una disminución del 7.1 por ciento respecto al mes anterior, mientras que el frijol rojo se mantuvo estable (Figura 3). Sin embargo, ambos granos reportan variaciones positivas sobre el año anterior del 47.7 y 16.2 por ciento, respectivamente, y del 51.9 y 39.6 por ciento respecto al promedio de los últimos cinco años.

    Nicaragua, al igual que el resto de la región, reporta en enero un incremento interanual en la inflación general del 7.7 por ciento, también relacionado con incrementos en los precios de los combustibles. Se ve el aumento reflejado en el transporte, con una variación del IPC del 12.3 por ciento respecto a enero 2021. Además, se reporta una variación de 9.2 por ciento durante el mismo periodo en el rubro de los servicios, siendo el país de la región con el mayor incremento. Para el caso del empleo en otros rubros, el IMAE muestra un leve incremento interanual del 12.2 por ciento en la actividad de la industria manufacturera y del 7.8 por ciento en el comercio, una variación mínima del 3.5 por ciento en la construcción, y un incremento significativo del 18.5 por ciento en hoteles y restaurantes, lo que sugiere el inicio en la recuperación del turismo y los servicios asociados. Se prevé que la cosecha de 2021/2022 de café en Nicaragua crezca un cinco por ciento respecto a 2020/2021, mientras que la producción de caña de azúcar lo hará en un dos por ciento, lo que resultará en una estabilidad en la demanda de mano de obra en los cultivos comerciales.

    Para Nicaragua, igual que para Honduras, se prevé que la temporada anual de escasez inicie tempranamente, dada la reducción en la producción en los ciclos de Primera y Postrera de 2021, sus implicaciones en la duración de las reservas de los hogares productores, y las limitaciones en el gasto de los hogares que asignan una parte de sus ingresos a deudas acumuladas por los shocks anteriores y, en menor parte, a la recuperación de sus medios de vida, que se deterioraron durante estos últimos años. Adicionalmente, las opciones para la generación de ingresos en el área rural disminuyen estacionalmente a partir de marzo, con leves picos durante la siembra y cosecha de granos básicos del ciclo de Primera, mientras que el complejo escenario macroeconómico y las condiciones políticas imperantes hacen prever que la inversión privada y pública sea limitada y el desempleo, el subempleo y el empleo informal continúen altos. En general, y especialmente para los hogares más pobres rurales y urbanos, las alzas en los precios, las consecuencias de los últimos shocks, que incluye la finalización de las reservas alimentarias en febrero, y las limitadas oportunidades de ingresos han ocasionado que el acceso a los alimentos empiece a mostrarse en franco deterioro. Estas condiciones, y la dinámica macroeconómica, continuarán a lo largo del período de proyección. Por ejemplo, se proyecta que el precio al por mayor del maíz blanco llegue hasta un 56 por ciento por arriba del promedio, mientras que el frijol rojo lo haga en un 42 por ciento.

    Los pronósticos climáticos para el próximo ciclo de Primera indican que el inicio de la temporada lluviosa podría darse dentro de los parámetros normales lo que significaría condiciones relativamente favorables para un desarrollo normal de los cultivos durante el ciclo. Sin embargo, como en el resto de la región, el alto precio de los fertilizantes provocará una menor intención de siembra y una disminución en los rendimientos debido a que los productores optarán por reducir la cantidad de producto aplicado, a pesar de la entrega programada por parte del gobierno de paquetes agrícolas que incluyen fertilizante, además de semillas. Esto tendrá implicaciones en una merma en las reservas de alimentos en los hogares productores y en la contratación de jornaleros, como medida de compensación.

    Resultados

    Para el período de febrero a mayo 2022, los resultados de seguridad alimentaria en los hogares estarán caracterizados por una menor capacidad adquisitiva estacional, exacerbadas por las condiciones macroeconómicas imperantes. En áreas urbanas en toda la región, la mayoría de los hogares se encontrarán en condiciones de Mínima (Fase 1, CIF), apoyados, en parte por el flujo de remesas a los hogares medios, principalmente. A pesar de esto, los hogares más pobres en las áreas urbanas, que son más susceptibles a los shocks de precios y a depender del empleo informal en los sectores de servicios y comercio, y en la industria manufacturera, enfrentarán condiciones de Estrés (Fase 2, CIF) o, en mucha menor proporción, incluso Crisis (Fase 3, CIF). Los hogares rurales que, además de haber sufrido el deterioro de sus medios de vida por los eventos negativos de los años previos, fueron afectados por las pérdidas agrícolas en 2021 y los jornaleros que cuentan con una fuente irregular de ingresos también enfrentarán condiciones de Estrés (Fase 2, CIF) hasta mayo 2022. No obstante, se espera que los ubicados en el oriente y el Corredor Seco en Honduras muestren resultados de Crisis (Fase 3, CIF), a consecuencia de los precios altos de alimentos y la baja en las opciones de ingreso para realizar las siembras y acceder a alimentos.

    Para el período de junio a septiembre 2022, se prevé que los niveles de inseguridad alimentaria alcancen su pico a inicios de agosto, siguiendo el comportamiento estacional. Particularmente en Nicaragua, se prevé que el porcentaje de hogares en Crisis (Fase 3, CIF) aumente progresivamente, debido a la continuación de precios muy arriba del promedio. Sin embargo, a pesar de este deterioro, no se espera que llegue a valores suficientes para cambiar la clasificación de las áreas en las que se encuentran. La reducción en las oportunidades de generación de ingresos, los precios elevados y la dependencia temprana de la compra ocasionará que los hogares en Estrés (Fase 2, CIF) deban recurrir a estrategias de afrontamiento como la sustitución con alimentos menos preferidos y eventualmente una reducción en la cantidad y variedad de alimentos, adicional a la disminución en los gastos esenciales no alimentarios. Los hogares en Crisis (Fase 3, CIF), intensificarán las estrategias de consumo con una reducción moderada en el número de comidas por día y continuarán dependiendo del crédito o del apoyo alimentario por parte de terceros con el objetivo de mantener un consumo mínimo. Luego a finales de agosto o inicios de septiembre, la inseguridad alimentaria iniciará a disminuir con la salida de la cosecha de Primera. Esta cosecha permitirá a los hogares rurales productores llenar nuevamente sus reservas de alimentos, haciéndolos menos dependientes de la compra y menos vulnerables a los altos precios, aunque en menor proporción que en años donde la producción ha sido promedio, debido a la reducción en los rendimientos y el área sembrada. Los hogares no productores, tanto urbanos como rurales, también se beneficiarán de la cosecha de Primera, gracias al efecto en el suministro del mercado y a la consiguiente baja en los precios, lo que reducirá parcialmente la presión en su economía.

    Dado el reciente conflicto en Ucrania, y las subsecuentes sanciones a Rusia, existe el potencial de una interrupción en las exportaciones globales de cereales y fertilizantes desde Ucrania y Rusia. La magnitud de estas interrupciones todavía está siendo analizada, a medida que se desarrollan los eventos en Ucrania. El impacto potencial se detalla en la siguiente sección.

    Eventos que podrían cambiar la perspectiva

    Cuadro 1. Posibles eventos durante los siguientes ocho meses que podrían cambiar el escenario más probable

    ÁreaEventoImpacto en los resultados de Seguridad alimentaria
    Regional Lluvias por arriba o por debajo del promedioUna anomalía en la distribución en tiempo y espacio de las lluvias podría ocasionar daños y pérdidas en los cultivos, especialmente de granos básicos de secano. El impacto dependerá de la ubicación y magnitud de estas, con la potencial de disminuir la disponibilidad de alimentos para los hogares afectados, e incluso en la producción nacional, influyendo en los precios de mercado. Esto podría aumentar la población en Estrés (Fase 2, CIF) y Crisis (Fase 3, CIF).
    Regional Incrementos adicionales en los precios del combustible, alimentos y transporteUn incremento significativo en los precios de los combustibles y algunos granos en el mercado internacional, así como del transporte terrestre y marítimo, a consecuencia del conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia, podría ocasionar alzas adicionales en los precios de alimentos, fertilizantes y materias primas, reduciendo aún más el acceso a los alimentos para los hogares más pobres, obstaculizando la recuperación económica e incrementando la población en Estrés (Fase 2, CIF) y Crisis (Fase 3, CIF).
    Regional HuracanesAunque no se cuenta al momento con una predicción respecto a la temporada de huracanes 2022, la influencia directa o indirecta de un evento tropical podría cambiar los prospectos de producción agrícolas y otras fuentes de ingresos, lo que a su vez podría influir negativamente en el acceso y disponibilidad de alimentos; esto dependerá de la trayectoria y magnitud del evento. La pérdida de cultivos y otros medios de vida podría incrementar la población en Estrés (Fase 2, CIF) y Crisis (Fase 3, CIF).

     

    Figures CALENDARIO ESTACIONAL PARA UN AÑO TÍPICO

    Fuente : FEWS NET

    Figura 1

    Fuente : Elaboración propia con datos del Ministerio de Agricultura de El Salvador (MAGI…

    Figura 2

    Fuente : NOAA

    Figura 3

    Fuente : Banco Mundial

    Para el monitoreo remoto, típicamente un(a) coordinador(a) trabaja a través de la oficina regional más cercana. Con apoyo de datos de los socios, el(a) coordinador(a) utiliza el desarrollo de escenarios para llevar a cabo el análisis y producir los reportes mensuales. Es posible que los países de monitoreo remoto cuenten con menor información disponible y como consecuencia, los reportes tengan menos detalle que los países con presencia de FEWS NET. Para conocer más sobre nuestro trabajo, haga clic aqui.

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