Acceso a alimentos continuará limitado por una temporada anual de escasez extendida

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La temporada anual de escasez de alimentos, que este año se extenderá un mes, se acerca a su pico. Esto implica una agudización de los factores estacionales que influyen en el deterioro de la seguridad alimentaria de los hogares más pobres en la región. Esto es particularmente cierto para los agricultores de subsistencia en áreas del Corredor Seco de la región y en el norte de Honduras, quienes han recurrido a estrategias de respuesta negativas, como la reducción de gastos no alimentarios esenciales, como la salud y la educación, y modificaciones en la cantidad de alimentos consumidos, para compensar una baja estacional en su disponibilidad de alimentos, que esta año ha sido peor a raíz de las pérdidas agrícolas ocurridas durante 2023. Por lo tanto, hasta la cosecha de Primera en septiembre, este grupo poblacional continuará experimentando condiciones de Crisis (Fase 3, CIF). El resto de los hogares pobres rurales en la región se clasificará en inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF).
El déficit de humedad afectó el inicio de la temporada de Primera, atrasando las siembras aproximadamente un mes. Sin embargo, con el aumento en los acumulados de lluvia desde junio, estos se han reducido considerablemente, permitiendo el desarrollo de los cultivos de granos básicos. No obstante, la continuidad de temperaturas anormalmente altas han ocasionado una mayor incidencia de plagas y enfermedades, que no representa daños significativos, pero sí ha implicado mayores gastos por parte de los agricultores que tienen una menor capacidad de inversión, a causa de los shocks consecutivos en años anteriores. Debido a la transición a La Niña, se espera continúen las condiciones cálidas y la irregularidad en las precipitaciones, además de acumulados de lluvia por arriba del promedio hasta enero 2025. Se espera que la producción de subsistencia de Primera sea ligeramente menor al promedio, especialmente en áreas de ladera, donde la saturación del suelo provoca deslizamientos de tierra, y en las zonas propensas a inundaciones. Para la Postrera, las condiciones climáticas serán similares, lo que podría suponer mayor riesgo para la producción de frijol, que es de mayor relevancia durante este ciclo, y un aumento en los costos de producción. Los cultivos comerciales en ambos ciclos estarán dentro de los márgenes del promedio en los tres países. Con la salida de las cosechas de Primera y Postrera, se espera que la disponibilidad de alimentos en los hogares productores aumente respecto a los meses anteriores y al escenario observado en 2023. En consecuencia, se espera que los hogares más pobres muestren condiciones de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) a partir de octubre y hasta enero 2025, especialmente debido a que el aumento estacional en las opciones de empleo en sectores como el agrícola, turístico y comercial mejorarán el acceso a alimentos.
A pesar de que las tasas de inflación se mantuvieron estables en junio 2024, la inflación alimentaria continúa mostrando aumentos intermensuales, con El Salvador reportando un aumento del 1.3 por ciento respecto al mes previo, y Nicaragua, con un 1.4 por ciento en el mismo período. Al analizar la Canasta Básica de Alimentos (CBA) se puede observar que, efectivamente, los costos que están muy por encima del promedio quinquenal y al valor reportado en 2023, excepto para el caso de la CBA rural en El Salvador, donde sí es evidente una leve caída. En Nicaragua, la variación acumulada para lo que va del año tuvo un aumento de casi ocho por ciento y en Honduras el alza fue de cinco por ciento. En el caso de El Salvador, la CBA urbana reportó un aumento del dos por ciento, mientras que la rural reportó una disminución cercana al cuatro por ciento. El factor principal detrás de los precios elevados es el efecto residual de las alzas generalizadas ocurridas en 2022, a consecuencia del conflicto Ucrania-Rusia, cuando la CBA aumentó cerca del diez por ciento en Nicaragua, y hasta 14.4 por ciento en el área rural de El Salvador. Estos incrementos acumulados significan una caída significativa en la capacidad adquisitiva de los hogares más pobres, que no han visto un aumento proporcional en sus ingresos. Hasta enero 2025, se reportarán bajas estacionales, especialmente en los granos básicos, pero no se prevé que el precio de los alimentos disminuya significativamente.
Las opciones de generación de ingresos se encuentran estacionalmente bajas hasta la salida de la cosecha de cultivos comerciales, como el café y la caña de azúcar, a partir de octubre, favoreciendo un incremento en los ingresos de los hogares jornaleros. Este año, se espera que los factores climáticos eviten una mejora en los rendimientos del café, por lo que el pago no será mejor al de los años anteriores. Las actividades comerciales y turísticas de fin de año también apoyarán los ingresos de los hogares urbanos. Las remesas continuarán apoyando la alimentación y otras necesidades básicas, compensando la caída en la capacidad adquisitiva en los hogares receptores. Se espera que estas se mantengan oscilando en valores cercanos o ligeramente mayores a los reportados el año previo. Nicaragua ha reportado un mayor crecimiento en los últimos meses, pero el endurecimiento en las políticas migratorias en Estados Unidos puede ralentizar esa tendencia.

Cita recomendada: FEWS NET. El Salvador, Honduras, y Nicaragua Actualización de mensajes clave Julio 2024: Acceso a alimentos continuará limitado por una temporada anual de escasez extendida, 2024.

Esta actualización de mensajes clave presenta un análisis breve de las condiciones actuales de inseguridad alimentaria aguda y cambios en la última proyección de FEWS NET respecto a los resultados de inseguridad alimentaria aguda en la geografía especificada. Conozca más sobre nuestro trabajo.