Download the Report
-
A mayo, con el establecimiento de la temporada anual de escasez de alimentos, se prevé que la mayoría de los hogares pobres de la región exhiban resultados de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) que, a través de algunas estrategias de respuesta sostenibles, consiguen reducir la brecha alimentaria. Entre junio y agosto, la seguridad alimentaria de los hogares pobres se deteriorará, especialmente en el área rural, dado los pronósticos agroclimáticos desfavorables. Los hogares en el Corredor Seco experimentarán pérdidas en la cosecha de Primera, factor que, aunado a los shocks anteriores en Honduras y El Salvador, impulsará condiciones de Crisis (Fase 3, CIF) en áreas focalizadas de estos dos países.
-
Con el establecimiento del fenómeno de El Niño, se prevé acumulados de lluvia por debajo del promedio y altas temperaturas en toda la región, especialmente en el Corredor Seco. Estas condiciones, unidas a menor inversión y una reducción en las áreas de producción por parte de los agricultores de subsistencia, resultarán en cosechas y disponibilidad de alimentos por debajo del promedio y menores a las de 2022. Sin embargo, las cosechas nacionales se mantendrán cercanas al promedio gracias al riego en la producción comercial.
-
Se observa una ligera mejora en los niveles de inflación, los precios de los combustibles, así como la estabilización de los precios al por mayor del maíz blanco respecto al mes anterior en la región, y una leve baja en el precio del frijol rojo en el mercado de Managua, Nicaragua. Actualmente, esto apoya el acceso a los alimentos; no obstante, los valores atípicamente altos respecto al promedio continuarán, dificultando el poder adquisitivo de los hogares durante el período de análisis.
Área |
Anomalías Actuales |
Anomalías Proyectadas |
---|---|---|
Regional |
|
|

Source: FEWS NET
En abril se estableció la temporada anual de escasez de alimentos para la mayoría de los hogares pobres en la región, la cual alcanza su pico a inicios de agosto. Esta época se caracteriza por una disminución estacional en las opciones de ingresos, puesto que las cosechas de cultivos comerciales, como el café, la caña y otros, ya concluyeron. Esto, unido al incremento estacional en los precios de los granos básicos, compromete la capacidad adquisitiva de estos hogares que dependen mayormente de la compra, dado que las reservas provenientes de sus cosechas ya concluyeron. También están cargando con deudas atípicas y experimentando aún los impactos económicos del COVID-19, especialmente en Honduras y El Salvador. A este escenario, este año se le suma el aumento adicional por la inflación.
La inflación general y la alimentaria para marzo aún reporta cifras altas, pero con una tendencia a la baja. Los precios de los combustibles, que han jugado un rol importante en el aumento de la inflación, muestran igualmente una tendencia a la baja en Honduras y El Salvador, mientras que en Nicaragua continúan fijos por disposición gubernamental.
Esta dinámica en la economía, y la salida de una cosecha promedio de Postrera Tardía/Apante en Honduras y, especialmente, en Nicaragua, han permitido que los precios de los granos básicos reviertan la continua tendencia alcista en los últimos meses. Los precios al mayorista del maíz blanco muestran estabilidad respecto a febrero, a pesar de reportar valores elevados respecto al año anterior y el promedio de los últimos cinco años, con porcentajes entre 19.4 y 22.5, y entre 51.2 y 64.6, respectivamente. El frijol rojo también mostró estabilidad en los precios de Honduras y El Salvador, y una disminución intermensual del 11.6 por ciento en Nicaragua, gracias a la cosecha mencionada anteriormente. Sin embargo, se encuentran hasta 54.9 por ciento arriba de marzo 2022 y 87.4 por ciento por arriba del promedio quinquenal, debido a las fuertes alzas reportadas desde 2020 y al aumento en los costos de producción que se ven reflejados en los precios actuales.
En mayo, suele darse el inicio de la temporada lluviosa; para este año, dado el pronóstico del desarrollo del fenómeno de El Niño, se espera que se dé a partir de la segunda quincena del mes en los tres países, con algunas áreas presentando atrasos de hasta 10 días, como el oriente de El Salvador. La irregularidad en las lluvias implicará, igualmente, una demora en el inicio de las siembras correspondientes al ciclo agrícola de Primera, especialmente en el Corredor Seco en los tres países. Sin embargo, Nicaragua tiene mejores condiciones de humedad en los suelos y salud vegetal en las áreas productivas, según los modelos satelitales, lo que puede mitigar los impactos de la irregularidad actual de lluvias (Figura 1). Para el resto de la temporada, que concluye en agosto/septiembre, se prevé lluvia por debajo del promedio, acompañada con temperaturas por arriba del promedio, lo que producirán condiciones deficitarias de la humedad en los suelos.
Figure 1

Source: USGS/FEWS NET
A estas condiciones climáticas adversas se agregan los costos de producción, que han forzado a los pequeños agricultores a reducir sus áreas de siembra. Los precios de los insumos agrícolas, como los fertilizantes, continúan altos a pesar de que se encuentran por debajo de los máximos valores reportados el año pasado. En los tres países, los gobiernos han hecho entrega de paquetes agrícolas para apoyar las siembras, aunque resultarán insuficientes para cubrir a todos los agricultores de subsistencia: la meta en El Salvador es de medio millón para todo el año, mientras que en Honduras es de 165,000 para el ciclo de Primera y 135,000 adicionales para la Postrera. En Nicaragua, el gobierno no ha dado cifras exactas respecto a una entrega de insumos. Todos estos factores serán desfavorables para la producción de subsistencia de granos básicos, la cual reportará resultados menores al promedio para la cosecha de Primera; incluso, se espera que estos sean levemente menores a los reportados el año pasado. El costo de la mano de obra también ha aumentado, a la vez que ha disminuido su disponibilidad, en parte, como consecuencia de la dinámica migratoria presente en la región. Esto implicará un rubro adicional con alzas para el caso de los productores medianos y grandes, pero también mejoras en el pago de los jornales. A pesar de estos factores, las producciones a nivel nacional, en los tres países, se esperan cercanas al promedio, ya que cuentan con mejor tecnología, como el riego, y mayor capacidad para mitigar los riesgos previstos.
Los precios durante el período de análisis suelen mostrar alzas estacionales, pero dada la dinámica macroeconómica vigente, se prevé que la inflación se mantenga por arriba del promedio, aunque con valores menores a los reportados en 2022. La inflación general tenderá a una ralentización en el ritmo de crecimiento, mientras que la inflación alimentaria tendrá un menor ritmo de desaceleración. Esto, en parte, se debe a que los precios de los granos básicos mantendrán los valores atípicamente altos de los últimos años, muy por encima del promedio de cinco años, especialmente en el caso del frijol, que se prevé reporte variaciones hasta del 88 por ciento. Otros alimentos que continuarán mostrando precios elevados, aunque menores a los del año anterior, incluyen el aceite vegetal, huevos y pollo. El arroz también mostrará una leve pero continua tendencia al alza.
En el transcurso del ciclo de Primera, los hogares más pobres en el área rural no contarán con reservas, dependiendo completamente de la compra para su alimentación. Los ingresos durante este período suelen disminuir estacionalmente, pero se reportan algunos incrementos durante la temporada de siembra en mayo, y de cosecha de granos básicos a finales de agosto, y en las actividades relacionadas con la producción de hortalizas. Aunque este año reportarán un pago para jornales levemente por arriba del promedio, aumentando sus ingresos, este incremento será insuficiente para compensar los altos precios esperados.
De la misma manera, los hogares pobres en las áreas urbanas solamente tienen los mercados como fuente de alimentos, ya que no cuentan con producción propia. Esta característica los hace más vulnerables a los precios altos; no obstante, sus ingresos no suelen presentar una dinámica estacional, contrario al área rural. A pesar de que se espera que la inflación se mantenga alta y otros factores macroeconómicos continúen ralentizando la recuperación económica postpandemia, se prevé estabilidad en las fuentes de ingreso. Dada la persistencia en la tendencia al alza atípica en los precios, el acceso a los alimentos se verá negativamente afectado, aunque en menor proporción que los hogares rurales.
Los hogares receptores de remesas se encuentran tanto en el área rural como en la urbana. Estos no suelen pertenecer al grupo socioeconómico más pobre, pero suelen dinamizar las economías locales que dan empleo informal a los hogares de interés. Para el período analizado se espera que los montos recibidos se encuentren arriba del promedio de los últimos cinco años, pero con una desaceleración respecto a lo reportado el año anterior en El Salvador y Honduras. Por otro lado, en Nicaragua, el aumento en la migración está ocasionando una clara tendencia ascendente en las remesas. Esta diferencia significará una ventaja económica para los hogares nicaragüenses, respecto a los salvadoreños y hondureños.
A pesar de lo anterior, hasta mayo, se prevé que los hogares pobres urbanos y rurales muestren resultados de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) al lograr un consumo de alimentos mínimamente adecuado a partir de la implementación de estrategias de respuesta, así como a la reducción en la calidad y variedad de alimentos. Los hogares afectados por las pérdidas de cosechas a consecuencia del exceso de lluvias en 2022, especialmente en El Salvador y Honduras, enfrentarán una agudización en la inseguridad alimentaria, incrementándose la proporción que reporta resultados de Crisis (Fase 3, CIF), sin que esto represente un cambio en la clasificación de las áreas.
Para el período junio a septiembre, se prevé que los hogares de agricultores de subsistencia del Corredor Seco, que son los de mayor riesgo de pérdida por el déficit de lluvias, especialmente aquellos ubicados en los departamentos de Choluteca, Valle, La Paz, sur de Francisco Morazán y El Paraíso en Honduras y San Miguel y La Unión en El Salvador, se vean obligados a recurrir a estrategias de respuesta más perjudiciales a causa de las pérdidas previstas para el ciclo de Primera y una reducción en las oportunidades de empleo local. En Nicaragua, las condiciones se diferenciarán gracias a los mejores resultados agrícolas durante el ciclo 2022/23 y 2021/22, menos impacto rezagado de la pandemia y una mayor recepción de remesas. En los tres países, aunque la proporción de hogares experimentando resultados de Crisis (Fase 3, CIF) aumentarán con el progreso de la temporada de escasez, solamente se espera que algunas de las áreas mencionadas lleguen al porcentaje mínimo (20 por ciento de concentración a nivel del área) para clasificarse en Crisis (Fase 3, CIF). Por esta razón, en el resto de la región se presentarán resultados de inseguridad alimentaria Acentuada (Fase 2, CIF) en mayor proporción, con bolsones de la población en Crisis (Fase 3, CIF). En estas áreas, para la mayoría de hogares observarán máximos estacionales en los precios de granos básicos hasta agosto, exacerbados por las alzas atípicas reportadas en los últimos años, al mismo tiempo de una disminución en los ingresos, pero contarán con suficientes opciones de respuesta sostenibles para evitar brechas en su consumo. Con la salida de la cosecha a finales de agosto y septiembre, la situación alimentaria mejorará, ya que los flujos de producto fresco ocasionan una baja en los precios y los hogares productores se reaprovisionarán de granos básicos, a la vez que se inyectan jornales a la economía familiar con las opciones de empleo durante la cosecha.
Cita recomendada: FEWS NET. El Salvador, Honduras, y Nicaragua Actualización de Monitoreo Remoto, abril 2023: El Niño pone en riesgo cultivos de Primera para agricultores de subsistencia, 2023.
Para el monitoreo remoto, típicamente un(a) coordinador(a) trabaja a través de la oficina regional más cercana. Con apoyo de datos de los socios, el(a) coordinador(a) utiliza el desarrollo de escenarios para llevar a cabo el análisis y producir los reportes mensuales. Es posible que los países de monitoreo remoto cuenten con menor información disponible y como consecuencia, los reportes tengan menos detalle que los países con presencia de FEWS NET. Para conocer más sobre nuestro trabajo, haga clic aqui.