Mejora estacional de ingresos no consigue aliviar completamente la inseguridad alimentaria
CIF v3.0 Fase de Insegurida d Alimentaria Aguda
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CIF v3.0 Fase de Insegurida d Alimentaria Aguda
peor sin ayuda humanitaria actual o programada
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PANORAMA NACIONAL
Situación actual
Este mes concluyeron las cosechas de maíz y frijol del ciclo de Primera en la mayor parte del país, con rendimientos promedio. No obstante, hubo áreas focalizadas del corredor seco y de la región norte donde hogares de subsistencia sufrieron daños y pérdidas por reducción de lluvias, vientos e inundaciones. Los cultivos de granos básicos del único ciclo productivo del Altiplano Occidental se encuentran en las últimas etapas de desarrollo, mientras que las siembras de Postrera están en fase de crecimiento y se desarrollan adecuadamente. Se espera la salida de ambas cosechas a fin de año. Los acumulados de lluvia durante septiembre y octubre estuvieron por debajo de lo normal, particularmente en el centro del país (Figura 1). De allí que los cultivos en dichas áreas presenten señales de estrés hídrico, de acuerdo con el Índice de Balance Hídrico (IBH).[1]
A nivel nacional la actividad económica continúa mejorando y con ello la recuperación de fuentes de ingresos de los hogares. La temporada de alta demanda de trabajadores temporales agrícolas inicia en octubre cuando comienza la cosecha de los cultivos comerciales de exportación más importantes, tales como el café, azúcar, cardamomo, frutas y hortalizas. La cosecha de café constituye una importante fuente de empleo para los hogares muy pobres pues se produce en diversos departamentos del país, ya sea dentro de la zona donde residen, o fuera de ella a donde migran por temporadas más largas, tanto en otras zonas de Guatemala como en México u Honduras. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), para la temporada 2020-2021 se pronostica que la producción guatemalteca de café sea levemente mayor a la del año pasado, lo cual significaría estabilidad en la demanda de cortadores. Contrario al año pasado cuando se restringieron los pasos fronterizos, este año los controles migratorios por COVID-19 son menores, lo cual permitiría un mejor flujo de trabajadores migrantes guatemaltecos a los países vecinos. Los precios del café han sido favorables, con un aumento de 60.6 por ciento entre octubre 2020 y septiembre 2021. Se esperaría que esto permita estabilizar a los pequeños productores que durante el 2020 no contaron con los recursos para dar el debido manejo a sus cultivos o cuyas plantaciones fueron afectadas por las tormentas Eta e Iota. En el año 2020 las exportaciones del cardamomo fueron mayores que en años pasados gracias al aumento en el precio de venta. Para este año, se espera que la producción se mantenga y que los precios de venta estén en rangos favorables, lo que se traduciría en ventas y jornales estables. El trabajo en las actividades de producción de caña de azúcar es una de las principales fuentes de empleo para la población de subsistencia. La zafra inicia en noviembre y termina en mayo. Ya que la producción de azúcar se ha mantenido constante en los últimos años, se espera que la demanda de trabajadores sea normal.
De acuerdo con el Banco de Guatemala (BANGUAT), para el segundo trimestre del 2021, el Producto Interno Bruto creció 15.1 por ciento, tras una considerable reducción en el año anterior. Todos los sectores de actividades productivas mostraron crecimiento, con las mayores variaciones interanuales observadas en las actividades más afectadas el año pasado: alojamiento y de servicio de comidas, transporte y almacenamiento y salud con 64.1, 38.5 y 35.2 por ciento, respectivamente. Asimismo, el número de trabajadores cotizantes al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) presentó un aumento importante después de haberse mantenido en números negativos durante 2020 e iniciar una mínima recuperación en el primer trimestre de este año; lo cual refleja el avance de la recuperación de los empleos formales. Este dato concuerda con lo evidenciado por la II Encuesta de Percepción Empresarial 2021 realizada por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) donde la mayoría de los empresarios entrevistados manifiesta que existió estabilidad del empleo durante el segundo trimestre del año. No obstante, el sector turismo sigue siendo el más deprimido. Según el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), el índice de ocupación hotelera para el primer semestre de 2021 se sitúa casi 5 puntos porcentuales por debajo del 2020 y casi 40 puntos por debajo del 2019 (año prepandemia). Este sector depende de visitas de extranjeros que aún se ven limitadas no solo por el nivel de contagio y vacunación contra el COVID-19 en el país, sino también por factores externos tales como la evolución del COVID-19 a nivel mundial, la reducción de las fuentes de ingresos y ahorros familiares y por consiguiente a recursos destinados a viajes de turismo, la continuidad del trabajo en línea y la diminución de servicios turísticos prestados para reuniones, conferencias y viajes de negocios.
Después del pico de contagios de COVID-19 registrado en agosto, los casos han comenzado a disminuir a medida que avanza lentamente la vacunación. Sin embargo, una baja tasa de vacunación representa un obstáculo para la continuación de la reactivación económica, pues los municipios se mantienen con alerta máxima de contagios y mayores restricciones de distanciamientos y aforos. De acuerdo con el Ministerio de Salud, para el 24 de octubre, el 24.8 por ciento de la población mayor de 12 años tiene ya el esquema de vacunación completo y 41.1 por ciento cuenta con una dosis. De acuerdo con estos datos, las zonas más urbanas, tales como el área metropolitana y las cabeceras departamentales tienen los mayores porcentajes de vacunación. Por ejemplo, la ciudad de Guatemala tiene el 62.9 por ciento de porcentaje de vacunados con esquema completo mientras que municipios del área rural tales como Santa Barbara en Huehuetenango, Panzós en Alta Verapaz, y San Bartolomé Jocotenango en Quiché tienen menos del 5 por ciento; y cerca del 70 por ciento de municipios no llega al 25 por ciento.
Durante todo el año el gasto familiar se ha visto presionado por los incrementos en los precios de los alimentos y del transporte, como reflejo del encarecimiento de los combustibles. Tal es el caso del maíz cuyo precio se ha mantenido alto como consecuencia de la mayor demanda de maíz local debido al incremento de los precios internacionales del maíz amarillo y del transporte. Estos incrementos se reflejan en el Índice de Precio Consumidor (IPC), el cual en septiembre 2021 muestra un ritmo inflacionario interanual de 3.7 por ciento y una inflación mensual de 0.2 por ciento. El gasto de transporte refleja el mayor ritmo inflacionario (15.6 por ciento), evidente desde el año pasado por las restricciones de aforo, pero ahora se suma el precio de los combustibles (Figura 2). Dentro de esta división, los gastos básicos de diésel (42.6 por ciento), gasolina regular (37.3 por ciento), gasolina superior (34.8 por ciento) y servicio de bus extraurbano (27.6 por ciento) presentan las principales variaciones interanuales. Adicionalmente, la división de bus urbano del IPC muestra un incremento del 43 por ciento a nivel nacional respecto a septiembre de 2019, el gasto en gasolina y diésel 9 y 18 por ciento respectivamente, y el de alimentos 13 por ciento, para el mismo período.
La división de alimentos ha incrementado en 3 por ciento respecto a septiembre de 2020. El gasto básico en maíz aumentó un 26 por ciento en septiembre en 2021 comparado con 2019 a nivel nacional. De acuerdo con los datos de la Dirección de Planeamiento (DIPLAN) del Ministerio de Agricultura, para septiembre 2021 el precio mayorista del quintal de maíz blanco se mantiene 14 y 20 por ciento por arriba del precio del año pasado y del promedio de los 5 años (Figura 3). Según datos del IPC, es en las áreas rurales donde más se manifiestan estas variaciones, con aumentos de 41 y 37 por ciento en la Región VIII (Petén) y VII (Huehuetenango y Quiché). Las alzas en el gasto en servicios de bus urbano y extraurbano han influenciado la subida de precios, principalmente en la Región II (Alta y Baja Verapaz) y en la Región V (Sacatepéquez y Escuintla), donde se reportan incrementos de 100 por ciento en este servicio. Asimismo, se suman los incrementos a gas propano y leña, que son las principales fuentes de energía para cocinar (INE). Los muy pobres de las zonas rurales en las áreas de preocupación son usuarios de la leña en su totalidad, aunque el incremento en el costo del gas licuado de petróleo puede afectar algunos servicios que utiliza este grupo. Según datos de monitoreo del Ministerio de Energía y Minas, el gas licuado de petróleo en tambo de 25 libras pasó de 99 GTQ a inicios de año a 132 GTQ en octubre, es decir 33 por ciento de aumento en 10 meses.
Las remesas han mostrado crecimiento sostenido durante todo el año, estableciendo récord durante tres meses. Para septiembre 2021 estas transferencias se mantienen 24 por ciento mayores a 2020 y 64 por ciento superiores al promedio de los últimos 5 años. Generalmente, no son los hogares más pobres los que reciben estas remesas. Los cinco departamentos con mayor recepción de remesas son: Guatemala, en el centro del país, Huehuetenango, San Marcos y Quetzaltenango ubicados en el occidente y Petén.
El incremento de deportaciones de guatemaltecos que han intentado migrar a los Estados Unidos recientemente es un fenómeno importante a dar seguimiento. Según información de la página oficial de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, de octubre 2020 a agosto del 2021, la cifra de guatemaltecos encontrados en la frontera suroeste de los Estados Unidos es cerca de 255,000. Para este año, la mayor proporción es de adultos viajando solos, mientras que en el 2019 viajaban más unidades familiares. De enero al 27 de septiembre de este año, 28,559 guatemaltecos, incluyendo 3,550 menores no acompañados, han sido retornados procedentes de México vía terrestre, y 9,000 personas, entre ellas 912 menores de edad no acompañados, fueron deportadas por vía aérea desde Estados Unidos y México. De acuerdo con datos de la IOM, de enero a agosto 2021, la mayoría de las personas retornadas se dirige a la ciudad de Guatemala, y a los Departamentos de San Marcos, Huehuetenango y Quetzaltenango. Al regresar se encuentran sin dinero, sin casa o terrenos ya que han perdido o empeñado sus medios de vida y sus familias se han endeudado para lograr que uno de los miembros del hogar realice el viaje. No tienen capital productivo, pero enfrentan deudas considerables y la necesidad de generar ingresos para mantener el hogar. Aunque una proporción mínima de la población total, estos hogares podrían presentar problemas de acceso a alimentos e incurrir al uso de diversas estrategias de afrontamiento para cubrir sus necesidades.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, al 18 de septiembre, la Situación epidemiológica de la Desnutrición Aguda[1] reporta un total de 22,417 casos de desnutrición aguda en menores de 5 años y una tasa de 97.1 por 10,000 menores de 5 años; lo que representa un aumento de 10 puntos en la tasa y 11 por ciento en el número de casos identificados a esa fecha. Las nueve áreas de salud con mayor tasa son Escuintla, Retalhuleu, Zacapa, Izabal, San Marcos, Suchitepéquez, Guatemala Noroccidente, Alta Verapaz y Huehuetenango.
Resultados actuales de la seguridad alimentaria.
Las actividades económicas continúan su recuperación y los empleos en los diversos sectores comienzan a estabilizarse, lo que ha permitido que las áreas urbanas se clasifiquen en inseguridad alimentaria Mínima (Fase 1, CIF). En áreas rurales, las cosechas de maíz del ciclo de Primera mejoraron la disponibilidad de alimentos de los hogares pobres, evitando la compra en el mercado por un par de meses. Al iniciar la temporada de alta demanda de mano de obra, los trabajadores temporales comienzan a emplearse en las diversas actividades agrícolas. Este periodo de tiempo es el más importantes para la generación de ingresos donde los hogares logran emplearse de dos a cuatro meses de forma constante; después, solo quedan trabajos agrícolas esporádicos. Los ingresos generados son aprovechados para comprar alimentos y hacer ahorros para el periodo de escasez. Octubre es el primer mes de empleo y con los primeros ingresos los hogares podrán comprar alimentos y comenzar a pagar las deudas incurridas durante la larga temporada de escasez pasada. Sin embargo, el pago de deudas y el alto precio de los alimentos y transporte, limitará el poder adquisitivo por lo que no habrá una mejora inmediata a la dieta ni permitirá iniciar la recuperación de los medios de vida perdidos. Por lo tanto, en octubre, los hogares se clasifican en inseguridad alimentaria de Estrés (Fase 2, CIF). En áreas del corredor seco y Altiplano, así como en las zonas mayormente afectadas por las tormentas Eta e Iota, hogares pobres se encuentran en Crisis (Fase 3, CIF) ya que cuentan con menos recursos para proteger sus medios de vida después de varios shocks en los últimos años. Para estos hogares, los impactos de las restricciones de COVID-19 en las fuentes de ingresos y de los altos precios de alimentos y transporte fueron más fuertes y han provocado el uso recurrente de estrategias de afrontamiento negativa de Crisis y el deterioro de sus medios de vida. El inicio de la temporada de demanda de mano de obra implicará una leve mejora al consumo de alimentos, pero la dependencia en el mercado, precios altos y deudas significativas impiden a los hogares pobres reinvertir y reconstruir sus medios de vida, por lo que las mejoras estacionales son insuficientes para cambiar su clasificación.
Supuestos nacionales
La perspectiva entre octubre de 2021 y mayo de 2022 se basa en los siguientes supuestos a nivel nacional:
- Se espera un abastecimiento normal de mercados con grano nacional fresco y almacenado, así como importación formal e informal desde México.
- Las reservas de granos básicos serían promedio, salvo para zonas cuyas cosechas de Primera y Postrera fueron menores a la usual por eventos climáticos.
- Se espera un segundo periodo de lluvias promedio que favorecerían el desarrollo de los cultivos de Postrera y las siembras de la Postrera Tardía. En zonas focalizadas del corredor seco, se podrían presentar lluvias por debajo del promedio durante los últimos meses del año.
- La producción de granos básicos de Postrera y el único ciclo de producción del Altiplano Occidental estarían en rangos promedio; excepto en las zonas bajas del oriente donde días consecutivos de reducción de lluvias causaron daños a los cultivos.
- El inicio promedio de la temporada de lluvias permitiría las siembras del ciclo de Primera 2022 en los tiempos usuales.
- Las restricciones impuestas por COVID-19 se mantendrán regidas por el semáforo de alertas. Hasta fin de año los casos de COVID-19 podrían mantenerse altos al igual que la cantidad de municipios en alerta roja, y con ello las restricciones de aforo y distanciamiento.
- La recuperación económica seguirá avanzando, pero no llegará a los niveles prepandemia, sobre todo en actividades formales como restaurantes, hoteles y comercios, e informales como servicios domésticos, servicios personales, pequeños comercios y tiendas. Estas fuentes de empleo continuarían por debajo de lo normal, ya sea en forma de menos días de trabajo, horarios laborales reducidos, trabajo parcial, menor pago por día trabajado, pero se espera una leve mejora en comparación al año pasado.
- El turismo continuará significativamente por debajo del promedio lo cual afectará a los hogares que dependen de estas fuentes de empleo ya sea formales o informales en los diversos servicios turísticos (hoteles, restaurantes, transportes, guías turísticos, comercios, elaboración y venta de artesanías). Para estos hogares sus ingresos continuarán por debajo del promedio.
- Se prevé que la producción de café, cardamomo, azúcar, banano – que emplean una cantidad importante de trabajadores temporales durante este periodo – estén en rangos promedio, lo que significaría que la demanda de mano de obra y el valor de jornal se mantenga estables.
- Se espera que la demanda de jornal de granos básicos sea menor a lo usual porque los hogares que suelen demandar mano de obra no recuperan aún sus ingresos del impacto del año pasado.
- El alto costo del transporte en áreas urbanas y rurales continuará perjudicando significativamente el traslado a empleos, trabajos temporales agrícolas y de migración. Los hogares pobres podrían disminuir la cantidad de viajes a las áreas de trabajo, y por consiguiente reducir sus ingresos.
- Las remesas seguirán al alza hasta estabilizarse aproximadamente 30 por ciento por arriba de años anteriores, pero se emplearían particularmente para gastos de consumo y reconstituir los ahorros. No llegarán a los hogares pobres.
- Los precios del maíz y el frijol se mantendrían por arriba del promedio, 20 y 10 por ciento respectivamente. Debido al alto costo del transporte, el aumento de los insumos agrícolas y los posibles aumentos al maíz importado para la industria que volverá a causar alza de demanda del maíz nacional.
- El precio del maíz importado desde México podría incrementar debido a los altos costos de los insumos agrícolas.
- El precio de diésel y la gasolina permanecerían por arriba del promedio, lo que se reflejaría en los costos del transporte y alimentos. A esto se sumaría el aumento a los precios del gas propano y electricidad.
Resultados de seguridad alimentaria más probables
Las actividades económicas continúan su recuperación a pesar de las limitaciones de aforos, distanciamientos y medidas de bioseguridad que se deben observar. El empleo en actividades de los diversos sectores económicos comienza a estabilizarse y de acuerdo con las perspectivas empresariales se espera que este proceso de recuperación continúe su curso. El semáforo de alertas seguirá normando las restricciones de aforo y distanciamiento. La vacunación continuará a ritmo lento en las áreas rurales, tanto por escasez de vacunas, como por renuencia a la vacunación, lo que podría retardar la disminución de casos y el nivel de alerta, perjudicando la reactivación de algunos sectores tales como el de servicios y turismo. Algunas actividades formales e informales que deben obedecer a limitaciones más estrictas de aforo, y que son las que ocupan a un número considerable de hogares pobres – tales como servicios de limpieza, de cuidado personal, de alimentación y entretención – tendrán una mejora parcial.
En octubre inicia la temporada de alta demanda de mano de obra agrícola que representa el momento de mayor disponibilidad de empleo temporal para los hogares más pobres del área rural. De acuerdo con las perspectivas, se esperan que los principales cultivos comerciales (café, cardamomo, azúcar) mantengan rangos de producción promedio y que los precios puedan mantenerse favorables, lo que significa una demanda estable de mano de obra a nivel nacional. Este año se espera que los controles fronterizos sean menores que el año 2020 y que los jornaleros migrantes puedan viajar y emplearse como es usual en las fincas de café de Honduras y en México, tanto en la cosecha de café como de otros productos y servicios no agrícolas. No obstante, los altos costos del transporte reducirían los viajes a los lugares de empleo y con ello los días de trabajo, causando menores ingresos. Gracias a las cosechas promedio de granos básicos, los hogares lograron llenar sus reservas por unos meses. Sin embargo, el incremento de los precios de alimentos y transporte, aunado al pago de las deudas incurridas durante el año, no permitirán la recuperación de sus ahorros y medios de vida (por ejemplo, herramientas de labranza, animales reproductivos y productivos, material de pesca / tejidos), y solo mejorará la alimentación en los meses de generación de ingresos.
En áreas urbanas se esperan resultados de seguridad alimentaria de Mínima (Fase 1, CIF) durante todo el periodo, aunque algunos hogares que no han logrado recuperar su nivel de ingresos continúan en inseguridad alimentaria de Estrés (Fase 2, CIF) o Crisis (Fase 3, CIF). En las áreas rurales se esperan resultados de Estrés (Fase 2, CIF) hasta enero 2022 al ir finalizando la temporada de alta demanda de mano de obra. Si bien muchos hogares rurales lograrán permanecer en Estrés (Fase 2, CIF) durante el segundo período que cubre esta perspectiva, los hogares localizados en el corredor seco, áreas del norte afectadas por las tormentas Eta e Iota, y quienes perdieron sus cosechas de granos básicos del ciclo de Primera 2021, recaerán en Crisis (Fase 3, CIF). Para estos hogares la temporada de escasez iniciará antes de lo usual, pues los ingresos generados serán insuficientes para provocar una mejora sostenible a su alimentación y evitar el uso de estrategias de afrontamiento negativas – tales como la migración atípica y de más miembros del hogar, mayores deudas, venta de activos productivos – que siguen presionando sus medios de vida. Mientras que, en áreas del corredor seco y Altiplano, así como en las zonas mayormente afectadas por las tormentas Eta e Iota, los hogares más pobres se clasificarán en Crisis (Fase 3, CIF) durante todo el periodo ya que cuentan con menos recursos para proteger sus medios de vida después de varios shocks en los últimos años. Las restricciones impuestas por el COVID-19 tuvieron un impacto más fuerte en las fuentes de ingresos de estos hogares, y el aumento de precios de los alimentos y del transporte vinieron complicar aún más el acceso a alimentos, provocando el uso de estrategias de afrontamiento de Crisis y el deterioro de sus medios de vida. Los ingresos generados durante los meses de mayor demanda de mano de obra agrícola permitirán una leve mejora al consumo de alimentos, pero la dependencia en el mercado, los elevados precios de los alimentos, y el pago de deudas no permitirá que los hogares reestablezcan sus medios de vida.
Eventos que pueden cambiar la perspectiva
Posibles eventos en los siguientes ocho meses que pueden cambiar el escenario más probable.
AREA | EVENTO | IMPACTO EN LOS RESULTADOS DE SEGURIDAD ALIMENTARIA |
---|---|---|
Nacional | Presencia de una depresión tropical o un periodo intenso de lluvias en el primer periodo que cubre esta perspectiva. | Podría ocasionar inundaciones, lavado de suelo, derrumbes y deslaves y por consiguiente pérdidas de cultivos y daños a vías de comunicación, lo que afectaría la disponibilidad de alimentos y el acceso a lugares de empleo y mercados, aumentando las áreas y población la población en Crisis (Fase 3, CIF). |
La prolongación o refuerzo de las medidas restrictivas por COVID-19. |
Afectaría la recuperación de ingresos para los hogares en actividades de la economía informal y empleados formales de sectores no esenciales, colocando algunos hogares en Crisis (Fase 3, CIF). | |
Mayor asistencia alimentaria. | Mejoraría los resultados de seguridad alimentaria a Estrés (Fase 2!, CIF) en algunos municipios. | |
Mayor aumento de precios de combustibles o fletes marítimos | Provocaría una mayor alza a los precios de los alimentos, fertilizantes y materias primas. |
[1] El Ministerio de Salud reporta los casos acumulados de desnutrición aguda identificados por antropometría o por signos clínicos asi como la tasa de incidencia por diez mil (10,000) menores de 5 años por municipio y área de salud.
[2] El modelo de Índice de Balance Hídrico es una forma de evaluar la condición del cultivo basado en la disponibilidad de agua en el suelo, en periodos de diez días (decadía).
Sobre El Desarrollo De Escenarios
Para proyectar los resultados de seguridad alimentaria en un período de seis meses, FEWS NET desarrolla una serie de supuestos sobre eventos probables, sus efectos, y las posibles respuestas de varios actores. FEWS NET analiza estos supuestos en el contexto de las condiciones actuales y los medios de vida locales para desarrollar escenarios estimando los productos de seguridad alimentaria. Típicamente, FEWS NET reporta el escenario más probable. Para conocer más, haga clic aqui.
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