Persiste disminución de lluvias en Guatemala y el norte de Centroamérica

• El déficit estacional de lluvias aumenta en Guatemala y el Pacífico de Costa Rica, Nicaragua y Honduras.
• En Centroamérica, los pocos días de lluvia y altas temperaturas afectan el desarrollo de cultivos.
• La región centro y oriental de Venezuela es afectada por déficit hídrico.

En los últimos 30 días, se han reportado lluvias significativamente por debajo de promedio en gran parte de Centroamérica. La figura 1 muestra el porcentaje de lluvia del 21 de julio al 20 de agosto de 2025, donde se evidencia, en tonalidad roja, que el centro de Guatemala ha registrado únicamente del 45 al 60 por ciento de la lluvia usual del periodo. Esta condición también se presenta en la región del Pacífico de Centroamérica desde Guanacaste en Costa Rica hasta el Golfo de Fonseca en Honduras. Nicaragua reporta zonas que no superan el 45 por ciento de la lluvia, y zonas entre León y Managua con el déficit más importante de la región con menos del 30 por ciento. La única zona que muestra una mejora en los acumulados de lluvia respecto al mes anterior es El Salvador con valores del 10 al 25 por ciento por arriba del promedio. Sin embargo, los acumulados que han generado este cambio se han registrado de forma errática, con lluvia abundante en un corto periodo de tiempo.

Por segundo mes consecutivo, esta condición deficitaria ha impactado negativamente diferentes zonas de cultivos que ya muestran estrés, afectando particularmente a los agricultores de subsistencia. Informes de campo reportan un estancamiento en el crecimiento de cultivos, muchos de los cuales están por llegar al punto de marchitez permanente, principalmente en áreas del Corredor Seco. Las lluvias erráticas, aunque en algunos casos muestren acumulados normales, no han tenido una distribución acorde a las necesidades de los cultivos; lo que aunado a las altas temperaturas ha condicionado la disponibilidad de recurso hídrico. Estas condiciones han propiciado el aumento de plagas y enfermedades, incrementando los costos de producción.

En el norte de Suramérica, la distribución de lluvia ha mostrado un comportamiento mixto. Mientras en la mayor parte de Colombia se reportan lluvias por arriba del promedio, en el centro se registran valores superiores al 25 por ciento, partes de Nariño, Cauca y Putumayo muestran un déficit de 40 al 65 por ciento durante el periodo de julio 21 – agosto 20, 2025, según la figura 2. Este déficit, aunque en menor escala, se reporta en algunos estados venezolanos de Amazonas, Bolívar, Apure, Guárico y Cojedes; lo cual ha afectado negativamente las actividades agrícolas y ganaderas en la zona. La limitada disponibilidad de recurso hídrico y las altas temperaturas han estresado cultivos y se esperan reducciones en los rendimientos al final de la temporada. 

De acuerdo con la figura 3, se espera que, durante el periodo del 26 de agosto al 1 de septiembre de 2025, las lluvias continúen siendo por debajo del promedio en la mayor parte de la región, incrementando el riesgo en zonas ya impactadas por el déficit hídrico.  

La disminución de lluvias podría continuar afectando las zonas de cultivo de la temporada de Primera, principalmente en las zonas del Corredor Seco de Centroamérica. El pronóstico para la primera semana de septiembre muestra también condiciones secas podrían retrasar las actividades de siembra de la temporada de Segunda. Las altas temperaturas podrían aumentar y extender a otras áreas la presencia de plagas y enfermedades en los cultivos. La reducción de las lluvias podría generar problemas de estrés en las plantaciones, si las temperaturas diurnas aumentan considerablemente y no se cuenta con sistemas de riego. 

Para Colombia y Venezuela se observa una disminución significativa de las lluvias en la región del Pacífico y centro colombiano. Estas condiciones ayudarían a reducir las afectaciones por inundación observadas en las últimas semanas, pero incrementarían la amenaza de condiciones secas en Nariño, Cauca y Putumayo.  Venezuela espera una disminución de lluvias en su zona fronteriza con Colombia, en los departamentos de Amazonas y Bolívar, lo que podría reducir significativamente la disponibilidad de recurso hídrico para la generación eléctrica en la cuenca del Guri y afectar las actividades ganaderas y de siembra en la frontera con Venezuela en departamento de Apure.